Comunidad campesina resiste expansión de monocultivo de eucalipto en Horqueta

Idioma Español
País Paraguay

La Organización Campesina del Norte (OCN) hizo público un comunicado de solidaridad con las familias de la comunidad San Miguel Ka’aguy’i, que actualmente enfrentan el avance de monocultivos de eucalipto en su territorio. El documento denuncia los impactos ambientales y sociales de este modelo extractivista y exige a las autoridades frenar la imposición de proyectos forestales sin consulta previa.

Desde la OCN se alerta que la instalación de grandes extensiones de eucaliptales representa una amenaza directa a la soberanía alimentaria y la biodiversidad. “El cultivo de eucalipto degrada la tierra, agota las fuentes de agua y contamina el ambiente mediante el uso intensivo de agroquímicos”, señala el comunicado, al tiempo que recalca que las comunidades campesinas no han sido consultadas sobre el ingreso de estas plantaciones.

El caso de San Miguel Ka’aguy’i no es aislado, en el libro Bosques de Leña y Papel, se muestra cómo la expansión de monocultivos forestales —principalmente de eucalipto— se concentra en zonas de alta pobreza rural, como Caazapá y Concepción, donde las comunidades dependen de la agricultura familiar para su sustento.

Según el estudio, estos proyectos de monocultivo son promovidos bajo la narrativa de “desarrollo sustentable” o de “aprovechamiento energético”, pero en la práctica refuerzan la concentración de tierra, desplazan a familias campesinas y generan profundos daños ambientales. Entre los principales impactos registrados se encuentran:

Disminución de recursos hídricos: los eucaliptos consumen grandes volúmenes de agua, provocando la reducción de arroyos, manantiales y pozos comunitarios.

Erosión y pérdida de fertilidad de suelos: al tratarse de monocultivos de rápido crecimiento, el suelo queda empobrecido y con escasas posibilidades de regeneración natural.

Contaminación por agroquímicos: el uso intensivo de herbicidas y plaguicidas afecta la salud de las comunidades y de los ecosistemas locales.

Afectación a la biodiversidad: las plantaciones sustituyen bosques nativos y destruyen hábitats, reduciendo la diversidad de flora y fauna.

La OCN sostiene que “la tierra no es mercancía: es raíz de vida, cultura y futuro para nuestros hijos”. En ese sentido, el comunicado reafirma que el territorio debe ser pensado desde una perspectiva comunitaria, priorizando modelos de desarrollo rural basados en la producción de alimentos, la gestión sustentable de los recursos naturales y el respeto a los derechos de las comunidades.

El llamado de San Miguel Ka’aguy’i se suma a una serie de resistencias campesinas e indígenas que en distintas regiones del país rechazan la expansión de monocultivos. La demanda principal es clara: que se respeten los procesos de consulta y participación, y que se promuevan políticas públicas orientadas a la soberanía alimentaria, la protección de los bienes comunes y la justicia social.

“San Miguel Ka’aguy’i no está solo. Su resistencia es también la nuestra”, finaliza el comunicado de la OCN, en un mensaje que resuena más allá de Concepción y expresa un grito compartido en defensa de la tierra, el agua y la vida.

Fuente: Base Investigaciones Sociales (BASE IS)

Temas: Monocultivos forestales y agroalimentarios

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