Declaración de la Huasteca: encuentro de dirigentes regionales de la Vía Campesina

Idioma Español

Provenientes de diferentes comunidades, regiones y países del Norte de América, organizaciones campesinas, indígenas, de pescadores, de jornaleros agrícolas, de migrantes, de mujeres, de jóvenes, integrantes de la Vía Campesina, nos reunimos en Platón Sánchez, Veracruz, del 17 al 21 de junio del 2009, en compañía de varias organizaciones hermanas.

Decidimos reunirnos en la huasteca veracruzana porque sus victorias en la lucha agraria sirven como ejemplo para todos, y reafirma nuestro compromiso en la lucha por la tierra y en la defensa del territorio campesino e indígena.

Durante estos tres días analizamos el proceso de crisis por el que atraviesa el sistema capitalista mundial y las medidas que proponen los gobiernos para enfrentarla. El momento actual se caracteriza por la convergencia de varios tipos de crisis: económica, financiera, agrícola, alimentaria y ambiental, que cuestiona la operación y continuidad del sistema capitalista, así como los principios neoliberales que tienen como base el libre mercado.

Las crisis agrícola, alimentaria y ambiental afectan a la mayoría de la población, pero de manera más fuerte a los más pobres. Mientras los gobiernos han destinado cuantiosos recursos al rescate financiero de las principales empresas, no han invertido en impulsar alternativas contra el cambio climático, y menos aún se han decidido a cambiar un modelo económico que atenta contra la mayoría de la población.

Los campesinos nos vemos afectados por estas crisis, las lluvias se retrasan, las sequías y las inundaciones pierden nuestras cosechas, abundan las plagas, pero a la vez somos parte de la solución: los campesinos y campesinas --con la agricultura campesina-- estamos enfriando al planeta. Cada vez es más claro que el modelo de agricultura industrial y libre mercado de los alimentos, que concentra las ganancias en un puñado de empresas transnacionales, mientras socializa los costos, es una parte fundamental del problema y el principio de soberanía alimentaria que como Vía Campesina hemos promovido es la alternativa.

Las empresas transnacionales han buscado adueñarse de la agricultura, las semillas, los alimentos, los recursos naturales, el agua, y el mar, y han logrado que las políticas nacionales y supranacionales como las del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se orienten a favorecer sus intereses. Así se han convertido en la mayor amenaza para la agricultura campesina y familiar. El momento actual es de guerra entre los campesinos y las transnacionales. Debemos quitarles el poder a las empresas transnacionales, pues amenazan nuestra sobrevivencia, pero también la de la humanidad y del planeta.

En los distintos países las nuevas leyes de semillas, penalizan y condenan la esencia del ser campesino. Tratan de prohibir la siembra de nuestras propias semillas para favorecer los intereses de las empresas semilleras quienes saben que controlando la semilla se controla todo el proceso de producción agrícola y de alimentos. Las semillas transgénicas son el nuevo instrumento de las transnacionales para impulsar el modelo industrial de agricultura, amenazan la biodiversidad, la salud, los derechos campesinos y fortalecen el control corporativo de la agricultura. Monsanto controla el 86 por ciento de las semillas transgénicas sembradas en el mundo, y ha logrado imponer políticas y leyes anti-campesinas en nuestros países. Nos comprometemos a una lucha sin tregua para sacar a Monsanto de nuestra agricultura y nuestras vidas.

Las distintas corporaciones pretenden despojarnos de nuestros territorios para implantar en ellos megaproyectos: plantaciones agrícolas, presas, mineras, carreteras, proyectos turísticos, etcétera. Como una nueva forma de colonización, los gobiernos promueven la creación de áreas naturales protegidas en los territorios bien conservados de los pueblos indígenas y en los territorios de los campesinos.

Los campesinos y agricultores familiares de Norteamérica hemos sufrido de distinta forma los efectos del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), en la agricultura, la alimentación, el ambiente y la migración. Hemos visto llegar nuevos agronegocios que invaden nuestros mercados domésticos. Los pequeños productores de granos, hortalizas, frutas, ganado y aves, los pescadores artesanales, los campesinos y agricultores familiares, los productores forestales comunitarios, estamos siendo desplazados por los emporios industriales, que además pretenden controlar nuestros recursos naturales y que reciben apoyos de los gobiernos. Nos comprometemos a mantener la lucha por la cancelación del TLCAN o su capítulo agropecuario, y estaremos monitoreando muy de cerca cualquier negociación nueva sobre este, o cualquier otro tratado comercial.

La soberanía alimentaria es la solución para alimentar a nuestros pueblos, y para que las familias campesinas puedan vivir como campesinos con dignidad. Luchamos por cambiar las políticas neoliberales, nos oponemos a que la agricultura y la alimentación estén sujetas a los compromisos de la Organización Mundial del Comercio, o de los Tratados de Libre Comercio. Nos comprometemos a la construcción de la soberanía alimentaria desde lo local hasta lo nacional, al rescate y defensa de nuestras semillas campesinas, a impulsar la agricultura tradicional o agroecológica, y la ganadería tradicional sin sufrimiento para los animales. Buscamos que los jóvenes se incorporen a la producción de alimentos, a la defensa de la tierra y los saberes campesinos.

La violencia contra las mujeres – en cualquiera de sus formas -- es una violencia contra todos y todas. Reconocemos que las mujeres y los hombres tenemos los mismos derechos y compartimos nuestras luchas. Nos sumamos a la Campaña Global de la Vía Campesina en Contra de la Violencia hacia las Mujeres fortaleciendo el trabajo de género al interior de nuestras organizaciones.

Nuestra justa lucha incomoda al Poder en nuestros países. Tenemos presos, sufrimos desalojos, somos objeto de represalias. Denunciamos la represión y la criminalización de la lucha social en nuestra región y en el mundo. Nos comprometemos con la justicia social y con la construcción de un mundo mejor para todos y todas.

Nos comprometemos a:

· Continuar luchando por la salida de la agricultura de todos los acuerdos de libre comercio y a alcanzar que las políticas hacia la agricultura y la alimentación estén regidas por el principio de soberanía alimentaria.

· Impulsar nuestra campaña de la Vía Campesina América del Norte: “Fuera Monsanto!”. No a los transgénicos!

· Promover la campaña “En contra de la violencia hacia las mujeres” de la Vía Campesina al interior de nuestras organizaciones y nuestras comunidades.

· Luchar por los derechos de los migrantes y sus familias, y de los trabajadores rurales, por una reforma migratoria integral, en contra de la criminalización de los migrantes, y en contra del Muro de la Vergüenza entre EEUU y México.

Nos pronunciamos por:

· La suspensión de todos los megaproyectos y proyectos económicos que no respeten los derechos de los pueblos indígenas y que vulneren sus territorios y autonomía. Exigimos la suspensión definitiva del Proyecto de Explotación Minera de San José Progreso, Ocotlán, Oaxaca y la cancelación del Proyecto Hidroeléctrico de Usos Múltiples Paso de la Reina en la costa de Oaxaca.

· Rechazamos la Ley de Certificación de Semillas que pretende ilegalizar las semillas campesinas. Exigimos la derogación de la Ley de Bioseguridad y Organismos Genéticamente Modificados, y nos oponemos a la siembra experimental o comercial de maíz transgénico en México.

· Respaldamos y apoyamos a la Coordinadora de Pueblos Unidos por la Defensa del Agua, contra el régimen de concesiones y medidores volumétricos por parte de la Comisión Nacional del Agua.

· Manifestamos nuestra solidaridad con la comunidad indígena ayuuk, de Jaltepec de Candoyoc para que se le reconozcan e indemnicen 18,648 hectáreas expropiadas para reubicar a la población desplazada por la construcción de la presa Miguel Alemán en 1956 y 1958.

· Denunciamos la criminalización de la protesta social en México que tiene como consecuencias el asesinato, encarcelamiento, la persecución, y el hostigamiento a líderes y autoridades comunitarias y sociales. Exigimos la salida del ejército de las comunidades y pueblos indígenas.

· Denunciamos la represión a la comunidad indígena del ejido Chimalaco en el municipio de Axtla, en la Huasteca Potosina y exigimos la inmediata liberación de José Antonio Dorantes y todos los campesinos e indígenas presos políticos en México.

· Reafirmamos nuestro compromiso a todas las luchas campesinas e indígenas en defensa de la tierra y los territorios, y manifestamos nuestra solidaridad total con las comunidades de El Volantin y de Rangel, en las Palmas, Veracruz, en su lucha por proteger su tierra en la que han vivido y trabajado durante mas de 19 años.

GLOBALICEMOS LA LUCHA!!! GLOBALICEMOS LA ESPERANZA!!!

Platon Sanchez, Veracruz, 20 de junio de 2009

Vía Campesina

Temas: Movimientos campesinos

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