En los años del TLCAN, México se ganó una epidemia de obesidad y perdió autonomía alimentaria

Idioma Español
País México

Desde 1994 el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá sólo le trajo beneficios a grandes empresas trasnacionales que a su arribo al país han desplazado a la comida tradicional y fomentado una epidemia de obesidad. La intención de Donald Trump de cancelar el acuerdo es una oportunidad para que México recupere su producción agrícola y mejore su alimentación. afirman representantes de los dos países.

Los niños son los principales afectados por la obesidad que produce la llamada comida chatarra. Foto: AP

Por Ivette Lira

Ciudad de México, 26 de enero (SinEmbargo).- En más de 20 años, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sólo trajo a México pérdidas en el sector alimentario: los grandes perdedores han sido los trabajadores, los campesinos, los consumidores mexicanos e incluso los cultivos nativos como el maíz y el frijol, además, por supuesto, la soberanía alimentaria, aseguraron expertos.

En contraste, quienes sí se han favorecido son las empresas trasnacionales y las grandes marcas que han vendido millones en comida chatarra, agregaron a SinEmbargo.

El TLCAN fue firmado por México, Estados Unidos y Canadá con la finalidad de crear una zona de libre comercio, con un costo reducido para el intercambio de bienes entre las tres naciones y entró en vigor el 1 de enero de 1994. Con la llegada del republicano Donald Trump a la Casa Blanca el acuerdo podría ser renegociado o desechado, ya que el magnate considera que Estados Unidos es el menos beneficiado.

“Las posturas de Trump están encaminadas a castigar a México, con la idea de que México ha sido el ganador del TLCAN –que no es cierto– y que va a exigir un trato mejor para los EU, con una renegociación del tratado que puede perjudicar bastante a México, no tanto si el Gobierno mexicano adopta una postura fuerte de parte de sus productores, sus trabajadores y su economía”, señaló Timothy A. Wise, investigador en Small Planet Institute, en Cambridge, Massachusetts.

Para Victor Suárez Carrera, director de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC), y para Wise, la renegociación o mejor aún, el replanteamiento de un nuevo tratado puede significar una oportunidad para México, ya que, consideraron, el TLCAN golpeó a los agricultores, especialmente a los mexicanos y a especies nativas como el maíz y el frijol.

En México, de acuerdo con un estudio de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), existen 64 especies de maíz, de las que 59 pueden considerarse nativas y 5 descritas en otras regiones de América Latina, pero halladas en el país. La misma dependencia señala que de las 150 especies de frijoles que existen en el mundo, 50 se encuentran en México, con diversos tamaños, colores y requerimientos ecológicos.

No obstante, Suárez aseguró que México podría perder poco a poco algunas especies de maíz y frijol y con ello miles de empleos rurales, lo cual contribuiría en una mayor generación de pobres, mayor dependencia alimentaria, migración hacia Estados Unidos y la penetración del crimen organizado, ya que los campesinos –jóvenes principalmente– por falta de oportunidades, educación y empleo, podrían sumarse a sus filas.

“La tendencia se puede agravar aún más si no cambiamos las políticas fallidas encaminadas al campo, implementadas desde hace décadas por el Gobierno mexicano que han lesionado severamente al campo junto con el TLCAN”, dijo.

Explicó que México está en vías de perder el maíz y el frijol, ya que, planteó, antes de la implementación del TLCAN, el país tenía autosuficiencia alimentaria en la producción de estos básicos, y en la actualidad se importa el 33 por ciento de las necesidades internas de maíz y aproximadamente el 15 por ciento de frijol.

“Al paso que vamos estaremos importando el 50 por ciento del maíz y con el intento de siembra del maíz transgénico se contaminan los maíces nativos y se acabará –si lo permitimos– esa diversidad genética”, subrayó.

El TLCAN, señaló Wise, quien colabora en el Instituto de Investigación de Economía Política en la Universidad de Massachusetts, quitó los aranceles comerciales y las corporaciones estadounidenses exportaron alimentos como el maíz a México y los agricultores mexicanos se quedaron con pocas posibilidades de competir.

“México podría perder mucho por la entrada del maíz transgénico y ya ha perdido por la soya genéticamente modificada con la contaminación de abejas y miel. El caso del maíz es más grave por el riesgo de la contaminación de los cultivos nativos. Va perdiendo por el comercio, es decir, la competencia de importaciones de maíz pone mucha presión a productores y los deja con pocas opciones para mantener su milpa y eso perjudica a largo plazo a la diversidad de los maíces en México”, puntualizó.

MEXICANOS OBESOS Y DIABÉTICOS

Wise y Suárez acusaron que el TLCAN ha contribuido con la epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes que actualmente vive México. La llegada de la dieta de los Estados Unidos tiene “toda la relación con el TLCAN y estas enfermedades”, acusó Wise.

“La importación de alimentos de Estados Unidos y el establecimiento del dominio de las corporaciones en el sistema alimentario mexicano ha provocado la epidemia de obesidad, sobrepeso y diabetes, se ha impuesto con el TLCAN un sistema de alimentación con predominio de comida chatarra y refrescos”, indicó Suárez.

Datos de la Encuesta Nacional de Salud (Ensanut) de 2016 revelan que el 36.9 por ciento de los adolescentes en México viven con sobrepeso u obesidad, y la cifra llega a 72.5 por ciento en la edad adulta, mientras que en 2006 cerca de 1.5 millones de menores de cinco años sufrían desnutrición crónica.

“Esto es resultado del TLCAN y de la complicidad del Gobierno mexicano con las políticas de malnutrición que solamente favorecen a 20 grandes corporaciones que han controlado y controlan nuestro sistema de alimentación”, dijo Suárez y mencionó que entre dichas empresas se encuentran: Coca Cola, Nestlé, Maseca, Bimbo, Bachoco, Lala, Monsanto, Bayer, WalMart, Pepsico, entre otras.

Wise destacó que la autosuficiencia no debe ser el objetivo, sino depender mucho menos de los cultivos que puedan ser producidos fácilmente y eficientemente en el país. No obstante, Suárez aseguró que México podría tener soberanía alimentaria al contar con recursos suficientes como tierra, agua, conocimiento, productores, pero reconoció que hace falta una política de Estado a largo plazo.

“[El de México] es un Gobierno que le ha entregado la responsabilidad de garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de toda la nación a los monopolios agroalimentarios que solamente se guían por la maximización de las ganancias, sin importar el empobrecimiento y descapitalización de los productores y la malnutrición de los consumidores”, planteó.

Por ello, hizo un llamado al Gobierno en turno a reconocer “el fracaso de las políticas de comercio y de entrega de la soberanía nacional a las corporaciones trasnacionales” y a reorientar la política agroalimentaria a reactivar el campo y los incentivos para el mercado interno, reconocer el potencial productivo del pequeño y mediano productor, destinar inversión pública creciente para el desarrollo de la producción que garantice un crecimiento en la creación de empleos e ingresos en el campo y dejar de utilizar los programas públicos para subsidiar a una minoría y para comprar votos en el campo.

Asimismo, urgió a los consumidores mexicanos a optar por alimentos nacionales, preferentemente de pequeños y medianos productores y comerciantes; además de evitar comprar –en la medida de lo posible– comida importada de EU e industrializada.

“Consuman productos frescos, de temporada en tiendas de barrio, tianguis y mercados para apoyar la economía nacional y al mismo tiempo mejorar la salud y nutrición de México. Hay que hacer frente a las amenazas y chantajes de Donald Trump y a la pasividad y sumisión del Gobierno mexicano”, dijo.

MÉXICO SE QUEDÓ SIN SOBERANÍA ALIMENTARIA

Los especialistas en materia consideraron que con la apertura comercial implementada hace 23 años, México ha perdido soberanía alimentaria y depende en gran medida de los productos estadounidenses.

Wise consideró que el Tratado “ha impactado mucho” la soberanía alimentaria, pues México depende del maíz y el trigo estadounidenses principalmente “a un nivel espantoso”, lo cual es una forma de menguar la soberanía alimentaria “por depender demasiado de una fuente”.

Señaló que la producción mexicana de soya, algodón, trigo, arroz, carne de cerdo, maíz, entre otros alimentos, ha disminuido “considerablemente”, mientras la exportación de granos básicos y otros cultivos de los Estados Unidos “estalló”, en el caso de maíz aumentó en más de 400 por ciento, de trigo casi 600 por ciento, de arroz más de 500 por ciento y cerca de 700 por ciento en carne de cerdo.

“Después del TLCAN, el aumento de exportaciones para Estados Unidos hacia México ha sido espantoso”, lamentó.

“Nos hemos vuelto un país dependiente y por eso México está en una condición de gran vulnerabilidad y debilidad frente a las presiones de Donald Trump, era evidente que si nos volvíamos dependientes de las importaciones de EU y del comercio exterior en general y se descuidaba el mercado interno, nos haríamos susceptibles de los ataques del exterior, que es lo que nos está pasando ahora”, dijo Suárez.

Además, agregó que Trump “ataca” a los mexicanos porque “nos ve como débiles y subordinados, tanto por nuestra dependencia energética, como alimentaria. Y con un Gobierno extremadamente débil que golpea a la gente y no tiene respaldo de la ciudadanía es difícil cambiar la situación”.

RENEGOCIACIÓN NO, EXIGEN

Suárez propone una medida estricta: Terminar con el TLCAN y negociar un nuevo acuerdo con las siguientes características:

  • Participación amplia de todos los sectores productivos y de la ciudadanía.
  • Que tenga como base una defensa de la soberanía nacional.
  • Búsqueda del desarrollo de México.
  • Que se favorezca el derecho irrestricto de los derechos humanos.
  • Considerar un sector especial a los cultivos básicos y estratégicos y que salgan de las negociaciones.
  • Establecer precios de soporte a los ingresos de los productores, reservas públicas de alimentos y compras gubernamentales.

Para Wise, “vale la pena” renegociar el TLCAN, pero siguiendo las recomendaciones de Suárez, ahora bajo metas claras sobre la mejora de las condiciones de vida de los trabajadores y agricultores, ya que a lo largo de más de dos décadas, los bajos salarios han sido una constante. Aunado a ello, las “laxas” políticas ambientales mexicanas han entregado los recursos naturales a las grandes empresas de EU, recordó.

“México tiene que esforzarse en negociar con fuerza y no aceptar la idea de que el país es el ganador del TLCAN, no puede seguir entregando sus valores a los EU. Debe llegar a negociar como un igual. Sería excelente que México renegocie en el tema de agricultura para que México recupere su autosuficiencia para producir alimentos”, comentó. Y agregó: “Se ve bastante debilidad en México de los estándares de medio ambiente y sustentabilidad. Las presiones dentro de la agricultura resultan bastante negativas para la sustentabilidad”.

Al respecto, Suárez opinó: “En México [empresas estadounidenses] pueden pagar salarios miserables, sin prestaciones, pueden contaminar aire, ríos y agotar el agua porque enfrentan una autoridad ambiental omisa y cómplice de éstas violaciones, lo cual se traduce para ellos en bajos costos de producción y nula responsabilidad de los impactos negativos ambientales”.

Por ello hizo un llamado a los sectores productivos, sociales, sindicales, campesinos, académicos, investigadores y consumidores, a impedir que el Gobierno mexicano “haga una renegociación secreta, a espaldas de la sociedad, en condiciones de debilidad” que pueda resultar “peor” que el “fallido” TLCAN.

Fuente: SinEmbargo

Temas: Sistema alimentario mundial, Soberanía alimentaria, TLC y Tratados de inversión

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