Fortalecer la Democracia, el Federalismo y la Justicia para construir una Argentina con Arraigo y Soberanía Alimentaria

Idioma Español
País Argentina

Tenemos en claro que nuestro futuro depende del contexto político, social y económico nacional. Comprometidos con esto, trabajamos porque nuestras acciones colaboren a la construcción democrática para un país cada vez más justo.

Hace unos días fuimos convocados por el Ministerio de Economía de la Nación para participar, como Mesa Agroalimentaria Argentina, de una reunión destinada a analizar la situación que atraviesa el campo frente a la sequía.

Sin dudas, la citación es signo de que el Gobierno Nacional reconoce que el campo no es uno solo, y contempla la existencia de diferentes actores con amplia diversidad productiva, ubicados a lo largo de todo el territorio.

Nuestro espacio gremial, agrario y cooperativo, representa a pequeños, medianos productores, cooperativas, organizaciones campesinas y de agricultura familiar, así como también a pueblos originarios. Por eso decimos que somos ese “otro campo” que no está representado en la Mesa de Enlace.

En su oportunidad, presentamos ante la legislatura nuestras propuestas a corto y mediano plazo, plasmadas en 5 proyectos de ley elaborados por la MAA. En síntesis, al asumirnos como “el campo que alimenta” planteamos la necesidad urgente de que se creen políticas y líneas de financiamiento para el sector.

Tenemos en claro que nuestro futuro depende del contexto político, social y económico nacional. Comprometidos con esto, trabajamos porque nuestras acciones colaboren a la construcción democrática para un país cada vez más justo.

Las corporaciones y los oligopolios que dominan la cadena agroindustrial son estructuralmente responsables de los problemas que afronta nuestra economía. Especialmente hacen que la generación de trabajo y el arraigo en el interior del país se vuelva dificultosa, al mismo tiempo que impiden que el pueblo tenga acceso a una alimentación saludable.

Es indelegable el rol del Estado y la política pública para la planificación y conducción del desarrollo nacional. Es indispensable retomar la senda del desarrollo con inclusión, de la construcción de una Argentina para todos y todas.

Las peligrosas declaraciones de la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, amenazando la soberanía de nuestros bienes naturales; el avance del autoritarismo de ultraderecha en nuestro país y en Latinoamérica; la evidente relación espuria entre la Corte Suprema de Justicia de la Nación y los sectores oligopólicos que representan el poder económico concentrado; son señales que nos ponen en estado de suma alerta.

La Corte Suprema y el Poder Judicial de la Nación en su conjunto deben recuperar legitimidad a los fines de cumplir con lo que la Constitución Nacional demanda. El interior requiere federalizar la composición del poder judicial en torno a las realidades territoriales, sociales y productivas de nuestra patria.

Nuestras propuestas fueron creadas enfocándonos en el sujeto agrario, ubicado en el territorio. Construidas a partir de las necesidades del “otro campo”, del campo invisibilizado por los grandes intereses. También es el deseo de terminar con tantas injusticias, exclusiones y privilegios.

Pero para construir nuevas posibilidades es indispensable contar con esta otra mirada y democratizar las ideas para que nuevas formas de producción puedan ser desarrolladas. Los proyectos ya fueron planteados: Ley de Arrendamientos Rurales, Ley de Acceso a la Tierra, Ley de Financiamiento Cooperativo y de la Transición Agroecológica, Ley de Protección y Fortalecimiento de las Áreas Campesinas y Ley de Segmentación de las Políticas Impositivas Agrarias.

Para eso se conformó la Mesa Agroalimentaria Argentina. Y por eso instamos a la oposición política a abandonar las actitudes antidemocráticas que ponen de rehén al funcionamiento del poder legislativo y amenazan con paralizarlo si se plantea en el recinto el debate sobre el juicio político a la Corte. El Poder Judicial, además de ser independiente del poder ejecutivo y legislativo, fundamentalmente, debe ser independiente de los poderes fácticos y las corporaciones.

Consideramos que el mejor ámbito para debatir un tema tan sensible es el parlamento, con transparencia e independencia del Poder Judicial. Se está impidiendo el tratamiento de numerosos proyectos de ley que son fundamentales para la sociedad argentina, así como para los sectores productivos y agrarios.

La Soberanía Alimentaria requiere de una democracia plena y sin condicionamientos.

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Fuente: Mesa Agroalimentaria Argentina

Temas: Movimientos campesinos, Soberanía alimentaria

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