Monocultivos de árboles. Boletín 104 de WRM

Por WRM
Idioma Español

Las plantaciones de eucalipto, pino, acacia, melina, teca y palma aceitera se han convertido en un gran problema social y ambiental. Desde la perspectiva de la biodiversidad, éstas eliminan la mayoría de las plantas locales y prácticamente no brindan alimento a la fauna silvestre. A pesar de todo esto se las sigue promoviendo, en especial en el Sur, para la producción de materia prima barata que alimenta principalmente las industrias de la celulosa y el papel y del aceite de palma. Quienes se les oponen se enfrentan a una serie de represalias que van desde los desalojos, las amenazas y la penalización hasta la represión directa o incluso la muerte

Boletín nº 104 del WRM
Marzo 2006
(edición en castellano)

En este número:

NUESTRA OPINION

- Convención sobre Diversidad Biológica: ¿convertirá las esperanzas en acción?

MONOCULTIVOS DE ÁRBOLES

- Desiertos biológicos
- Brasil: en el Día Internacional de la Mujer, campesinas manifiestan contra los monocultivos de eucalipto
- Nuevo informe del WRM sobre plantaciones industriales de árboles en Camboya
- Nicaragua: la Reserva Biológica de Indio Maíz amenazada por plantaciones de melina
- Papúa Nueva Guinea: ONG locales impugnan el préstamo del Banco Mundial para proyecto de palma aceitera
- Laos: entran los gigantes de la celulosa de India y Japón
- Uruguay: el FSC maquilla de verde a monocultivos de árboles
- Árboles transgénicos: los países llaman a moratoria mundial durante la COP8 de la CDB
- Chile: fábrica de celulosa destruye biodiversidad y medios de vida de la gente

NUESTRA OPINION

- Convención sobre Diversidad Biológica: ¿convertirá las esperanzas en acción?

La pérdida de biodiversidad es rápida y continua. Durante los últimos 50 años los humanos hemos cambiado los ecosistemas con mayor rapidez y más extensivamente que en cualquier otro período comparable de la historia humana. Los bosques tropicales, muchos humedales y otros hábitats naturales se están encogiendo. Las especies se están extinguiendo a un ritmo que excede mil veces los promedios naturales característicos del pasado de nuestro planeta. Las causas directas de la pérdida de la biodiversidad (cambios de hábitat, sobrexplotación, introducción de especies exóticas invasivas, nutrientes agregados y cambio climático) no dan signos de estar disminuyendo ... Por el bien de toda la vida de la Tierra, es hora de traducir nuestras esperanzas y energías en acción.

Lo anterior no es nuestro. Son palabras del secretario ejecutivo de la Convención sobre Diversidad Biológica, Ahmed Djoghlaf, contenidas en su prólogo al “Panorama de la Biodiversidad Mundial” de la Convención, hecho público el pasado 20 de marzo coincidiendo con la sesión inaugural de la Conferencia de las Partes de esta Convención en Curitiba, Brasil.

Estamos completamente de acuerdo con estas palabras y en este boletín brindamos información adicional acerca del problema.

Sin embargo, sentimos la necesidad de hacer énfasis en dos asuntos que, según nuestra perspectiva, no han recibido la atención suficiente en el mencionado informe: los monocultivos de árboles y los árboles transgénicos.

En cuanto a lo primero, si bien en el Panorama de la Biodiversidad Mundial se menciona que las plantaciones de árboles tienen “bajo valor en biodiversidad”, se las sigue considerando bosques al declarar que “la plantación de árboles, la restauración del paisaje y la expansión natural de los bosques han compensado en forma significativa la pérdida de superficie de bosques primarios”. Esta posición resulta incluso más obvia al observar la figura 2.1 (“Cambio anual neto de la superficie boscosa por región”) que explica que “La superficie boscosa incluye bosques primarios, bosques naturales modificados, plantaciones forestales productivas y plantaciones forestales de protección” y que “El cambio neto de la superficie boscosa toma en cuenta los esfuerzos de repoblación forestal y la expansión natural de los bosques”. Traducido al lenguaje común, esto significa que la CDB sigue creyendo, contra toda evidencia, que las plantaciones son bosques.

Lo anterior se contradice con el diagnóstico de la situación hecho por el Sr. Djoghlaf, que incluye con razón el cambio de hábitat entre las “causas directas de la pérdida de biodiversidad”. Las plantaciones de árboles a gran escala implican importantes cambios en los hábitats naturales y la destrucción de los mismos, lo que resulta en impactos sobre la biodiversidad. Por lo tanto, para empezar, la CDB debería diferenciar claramente los bosques y las plantaciones. Dentro de las plantaciones, debería dejar en claro que los países miembros de la Convención no deberían promover ni apoyar los grandes monocultivos industriales de árboles, precisamente porque son una causa directa de pérdida de biodiversidad.

Con relación a los árboles transgénicos, este asunto crucial ni siquiera recibe una mención en el Panorama sobre la Biodiversidad Mundial, a pesar de que se trata de una de las amenazas más peligrosas para los bosques, que albergan la mayor parte de la biodiversidad terrestre del planeta. La liberación de árboles transgénicos contaminará inevitable e irreversiblemente los ecosistemas de bosques y destruirá la biodiversidad.

Por lo tanto, organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales, científicos, grupos indígenas, agricultores, profesionales forestales y otros están haciendo un llamado a la prohibición mundial de la liberación comercial de árboles transgénicos en el medio ambiente. Creemos que la CDB es el organismo de la ONU responsable de establecer esta prohibición.

Los monocultivos de árboles a gran escala están destruyendo la biodiversidad y el sustento de los pueblos locales; la liberación de los árboles transgénicos exacerbará estos impactos al tiempo que provocará otros nuevos. En línea con lo expresado por Ahmed Djoghlaf, creemos realmente que “por el bien de toda la vida de la Tierra, es hora de traducir nuestras esperanzas y energías en acción” y que los monocultivos de árboles y los árboles transgénicos no tienen ningún papel para jugar en eso. Por lo tanto, tenemos la esperanza de que la CDB pase efectivamente a la acción.

MONOCULTIVOS DE ÁRBOLES

- Desiertos biológicos

Las plantaciones de eucalipto, pino, acacia, melina, teca y palma aceitera se han convertido en un gran problema social y ambiental. Desde la perspectiva de la biodiversidad, éstas eliminan la mayoría de las plantas locales y prácticamente no brindan alimento a la fauna silvestre. Algunas de las especies utilizadas en las plantaciones se vuelven invasivas, de modo que van ocupando los ecosistemas naturales. A pesar de todo esto se las sigue promoviendo, en especial en el Sur, para la producción de materia prima barata que alimenta principalmente las industrias de la celulosa y el papel y del aceite de palma.

Quienes se les oponen se enfrentan a una serie de represalias que van desde los desalojos, las amenazas y la penalización hasta la represión directa o incluso la muerte. Del otro lado, las empresas de plantaciones de árboles reciben todo el apoyo de los gobiernos, en tanto a las plantaciones mismas se las premia con credibilidad científica al ser definidas por instituciones supuestamente expertas como la FAO como “bosques plantados” o “plantaciones de bosques”.

Para empeorar las cosas, hasta el Consejo de Manejo Forestal, el plan de certificación promovido por las ONG para la protección de los bosques, ya ha certificado cientos de plantaciones que nunca tendrían que haber sido certificadas, fortaleciendo así a esas mismas empresas contra las que la gente está luchando.

Pero a las empresas nunca les alcanza: ni siquiera los eucaliptos de crecimiento rápido. Quieren que los árboles crezcan todavía más rápido, que sean resistentes a los herbicidas, que actúen como insecticidas, que contengan más celulosa, que no tengan flores ni semillas. Por lo tanto ahora se están dedicando a la ingeniería genética de los árboles con el fin de adaptarlos a sus necesidades.

Los artículos que siguen a continuación dan prueba de las afirmaciones anteriores, aunque son apenas una pequeña muestra de la información que el WRM ha venido documentando y difundiendo desde hace varios años, basada en su mayor parte en la experiencia directa de las personas que han sufrido los impactos de las plantaciones. Estas pruebas son tan abrumadoras que ya no se las puede ignorar. Tal como se declara en el editorial de este boletín, tenemos la esperanza de que la CDB pase a la acción.

- Brasil: en el Día Internacional de la Mujer, campesinas manifiestan contra los monocultivos de eucalipto

El Día Internacional de la Mujer tuvo una celebración inusual en Brasil. En la madrugada del pasado 8 de marzo, cerca de 2 mil agricultoras vinculadas a la organización Vía Campesina realizaron una acción relámpago en las dependencias de la empresa celulósica Aracruz Celulose, en el municipio Barra do Ribeiro, cerca de Porto Alegre. El establecimiento Barba Negra es la principal unidad de producción de plantines de eucalipto y pino de la empresa para abastecer su fábrica de Guaíba, y tiene incluso un laboratorio de clonación de plantines.

La expansión del monocultivo de eucalipto en el Estado de Rio Grande do Sul viene transformando la región en un “desierto verde” improductivo desde el punto de vista de la soberanía alimentaria. Según Cristiane Gomes, coordinadora nacional del MST, la crítica a los “desiertos verdes”, que ocupan grandes extensiones de tierra que podrían ser utilizadas para la producción de alimentos por las familias en espera de la reforma agraria, viene fortaleciéndose entre los movimientos sociales. Por otra parte, las plantaciones industriales de eucalipto deterioran el suelo y consumen mucha agua: cada pie de eucalipto llega a consumir 30 litros diarios de agua.

La empresa Aracruz Celulose es la que posee la mayor extensión de monocultivos industriales de eucaliptos: más de 250 mil hectáreas plantadas en tierras propias, 50 mil solamente en Rio Grande do Sul. Con otras dos empresas –Votorantim y Stora Enso- ya se acerca a 250.000 hectáreas la superficie ocupada por los eucaliptos en el Estado. Las fábricas de Aracruz Celulose producen 2,4 millones de toneladas anuales de celulosa blanqueada, contaminando el aire y el agua y perjudicando la salud humana.

Según Vía Campesina, las plantaciones de eucalipto generan apenas un empleo cada 185 hectáreas, mientras que la pequeña propiedad genera un empleo por hectárea. Sin embargo, Aracruz Celulose es la empresa agroindustrial que recibe más dineros públicos: cerca de 1.000 millones de dólares en los últimos tres años.

“Si el desierto verde continúa creciendo, en breve faltará agua para beber y tierra para producir alimentos. No podemos entender cómo un gobierno que quiere acabar con el hambre, patrocina el desierto verde en lugar de invertir en la Reforma Agraria y en la Agricultura Campesina”, afirma el manifiesto de Vía Campesina elaborado especialmente para ser entregado a los participantes de la II Conferencia Internacional sobre Reforma Agraria y Desarrollo Rural (CIRADR) de la FAO.

En reacción a ese proceso fue que las mujeres llegaron en 37 ómnibus a los viveros donde la empresa prepara los plantines de eucaliptos para las gigantescas plantaciones industriales que abastecen su producción de celulosa. En la madrugada y en el término de 20 minutos, el grupo destruyó varios invernaderos y alrededor de 8 millones de plantines de eucalipto. Luego volvió a Porto Alegre para participar en la marcha organizada por Vía Campesina para conmemorar el Día Internacional de la Mujer.

Junto con los cerca de 1.500 integrantes del campamento de Via Campesina Brasil montado esa semana en ocasión de la referida conferencia CIRADR, marcharon unos 5 kilómetros hasta el lugar del evento de la FAO, para entregar a los representantes de los 81 países presentes su declaración sobre reforma agraria y desarrollo rural. Una vez llegados, la Brigada Militar intentó impedir que las mujeres se acercaran a la entrada. Finalmente, representantes del Ministerio de Desarrollo Agrario y de la FAO consiguieron que se permitiera el ingreso de 50 representantes. La ministra de Zimbabwe, que presidía la plenaria, interrumpió la sesión para ceder la palabra a dos militantes de Vía Campesina, que dieron lectura a un manifiesto del movimiento.

“Estamos contra los desiertos verdes, las enormes plantaciones de eucalipto, acacia y pino para celulosa, que cubren miles de hectáreas en Brasil y en América Latina. Sólo en el estado de Río Grande del Sur ya son 200 mil hectáreas de eucalipto. Donde el desierto verde avanza, la biodiversidad se destruye, los suelos se deterioran, los ríos se secan, sin contar la contaminación enorme generada por las fábricas de celulosa que contaminan el aire y las aguas y amenazan la salud humana”, afirman las mujeres en el manifiesto de Via Campesina. También expresaron su solidaridad con los pueblos indígenas cuyas tierras fueron invadidas por Aracruz Celulosa en el Estado de Espírito Santo (ver Boletín Nº 102 del WRM)

La acción provocó airadas protestas de distintos organismos del Estado y similares reacciones en los principales medios de prensa e incluso desde varias organizaciones no gubernamentales. Sin embargo, cuando Aracruz le roba sus tierras y desaloja por la fuerza a los indígenas Tupinikim y Guaraní, cuando ocupa miles de hectáreas de tierras productivas y las planta con eucaliptos, cuando esas plantaciones secan las fuentes de agua, cuando sus fábricas de celulosa contaminan los cursos de agua, lo hace con el beneplácito del gobierno y sin la oposición de esa prensa y esas organizaciones que hoy atacan la acción de las mujeres de Vía Campesina. La verdadera pregunta debería ser: ¿quién atacó primero?

Artículo basado en información obtenida de: “[8 DE MARÇO] Mulheres da Via Campesina ocupam fazenda da Aracruz no RS”, Vía Campesina, 08/03/2006, http://viacampesina.org/main_sp/index.php; “As lágrimas da Aracruz e a coragem das mulheres camponesas”, Cristiano Navarro, Conselho Indigenista Missionário, http://www.cimi.org.br/?system=news&action=read&id=1800&eid=259

- Nuevo informe del WRM sobre plantaciones industriales de árboles en Camboya

Este mes el WRM publica un nuevo informe sobre las plantaciones de árboles de las empresas Wuzhishan y Green Rich en Camboya ("The death of the forest: A report on Wuzhishan's and Green Rich's tree plantation activities in Cambodia"). El informe registra el impacto de las plantaciones de árboles de ambas empresas sobre las comunidades locales y sus formas de sustento. Por motivos de seguridad, los autores de esta investigación desean permanecer en el anonimato.

2005 fue otro mal año para la democracia en Camboya. El primer ministro Hun Sen se valió de juicios por difamación para arrestar o intimidar a integrantes de la oposición política, la prensa, los sindicatos y las ONG.

Luego, en enero de 2006, Hun Sen liberó bajo fianza a cuatro activistas por los derechos humanos. Anunció planes para modificar la ley sobre difamación. En febrero el dirigente opositor Sam Rainsy regresó a Camboya luego de un año de exilio en Francia. Y en marzo Hun Sen prometió combatir la corrupción y acelerar los cambios en el sistema judicial.

Desgraciadamente, este ritual nos es familiar. Cerca de la mitad del presupuesto anual de Camboya llega en forma de ayuda externa. Justo antes de la reunión del Grupo Consultivo, donde las agencias de ayuda deciden cuánto dinero entregarán a Camboya, Hun Sen promete reducir la represión, la corrupción, la destrucción de los bosques y todo lo malo en general. Los organismos de ayuda cumplen con su papel en el ritual y simulan haber olvidado que Hun Sen hizo precisamente las mismas promesas justo antes de la reunión anterior del Grupo Consultivo.

En diciembre de 2004, durante la última reunión del Grupo Consultivo, el gobierno de Hun Sen se comprometió a cumplir con una serie de objetivos o “indicadores conjuntos de supervisión” (Joint Monitoring Indicators, en la jerga del Grupo Consultivo). El director del Banco Mundial para el país, Ian Porter, dice que estos indicadores conjuntos "son un paso en la dirección correcta hacia el fortalecimiento de las asociaciones para la reforma y hacia el trabajo en pos de objetivos comunes de sistemas de responsabilidad fortalecidos en Camboya”.

El siguiente ejemplo servirá para ver a qué se parece la responsabilidad en Camboya. En diciembre de 2004 el gobierno prometió “Aumentar la transparencia de la administración estatal de los recursos naturales mediante la inmediata publicación de los contratos existentes y los estados de cumplimiento (regalías y otras disposiciones clave) de los contratos que rigen las concesiones económicas de tierras, las concesiones para minería y lotes de pesca y la continuación de las publicaciones de los estados de revisión de las concesiones de bosques”.

El gobierno no publicó los contratos. En su lugar, el Ministerio de Agricultura publicó los registros incompletos de apenas algunas de las concesiones de tierras.

Sin embargo, en los indicadores conjuntos para 2006 el objetivo se rebaja. No se menciona la publicación de contratos. Se pide al gobierno que “difunda toda la información pertinente para el sector sobre las actividades de los organismos gubernamentales”. No se explica quién decidirá qué es “pertinente”. La información se publicará “periódicamente” en el sitio web del Technical Working Group on Forestry and Environment. No se define la palabra “periódicamente”.

En la reunión del Grupo Consultivo de 2006 las agencias de ayuda prometieron US$ 601.000 millones, más todavía que los US$ 504.000 millones que acordaron entregar en 2004.

Hun Sen se ha mantenido en el poder en Camboya durante más de 20 años. Incluso después de haber perdido las elecciones patrocinadas por la ONU en 1993 permaneció en el poder gracias a una coalición con su oponente político Norodom Ranariddh. En 1997 expulsó a Ranariddh mediante un sangriento golpe de Estado. En el período entre el golpe y las elecciones celebradas el año siguiente, Hun Sen entregó más de un millón de hectáreas de concesiones al madereo y concesiones de tierras. Entre julio de 2003 y julio de 2004, durante otro momento de estancamiento político que impidió la formación de un gobierno, el Partido Popular de Camboya de Hun Sen entregó más tierras todavía. Muchas de estas concesiones son para establecer plantaciones industriales de árboles a gran escala.

Pheapimex, conocida empresa maderera camboyana, se ha beneficiado con las limosnas de Hun Sen. Pheapimex controla en total el 7% de superficie de tierras de Camboya. La dueña de la empresa es Chheung Sopheap, amiga íntima de Hun Sen. Su marido, Lau Meng Khin, es uno de los directores de Wuzhishan, empresa que en 2004 empezó a talar bosques en una concesión para plantaciones de 315.000 hectáreas que en un principio había sido otorgada a Pheapimex.

En un artículo publicado en la revista Mother Jones de este mes, Scott Carrier describe el sistema político de Camboya como “una pirámide donde los que están arriba pueden cometer crímenes incalificables y los que están en la base no tienen ningún derecho. El dinero, en forma de sobornos y extorsiones, se mueve hacia arriba en la pirámide, y lo que baja es violencia. Este es el mecanismo cultural de la impunidad”.

Carrier escribe sobre la esclavitud, pero su descripción de la corrupción política de Camboya explica que el primer ministro Hun Sen haya entregado impunemente grandes superficies de tierra camboyana a sus asociados comerciales y amigos. Lo que no explica es por qué año tras año las agencias de ayuda acuerdan volcar dinero en uno de los gobiernos más corruptos del planeta.

Por Chris Lang, correo electrónico: ed.enilno-t@gnalsirhc, www.chrislang.blogspot.com.

El informe "The death of the forest: A report on Wuzhishan's and Green Rich's tree plantation activities in Cambodia" está disponible en: http://www.wrm.org.uy/countries/Cambodia/BookCambodia.html.

- Nicaragua: la Reserva Biológica de Indio Maíz amenazada por plantaciones de melina

En la región sureste de Nicaragua, en una extensión de 3.180km², se encuentra la Reserva Biológica de Indio Maíz, que debe su nombre a los ríos Indio y Maíz. Es una de las reservas de biosfera más importantes del país y contiene un bosque húmedo tropical, humedales y lagunas que albergan una fauna diversa: jaguares, águilas mayor, guacamayo ambiguo, manatíes, tiburón martillo y cocodrilos. En el bosque hay árboles como cedros, caobas, almendros, níspero, manú, maria, entre otros.

Pero el bosque y la rica diversidad que lo habita se ven amenazados por una actividad que resulta bastante contradictoria con el concepto de “reserva”. Según denuncias de las organizaciones nicaragüenses juveniles Jóvenes en Acción y Comunidad Ambientalista, en el bosque secundario (de más de 20 años) del área de amortiguamiento de la reserva, la empresa costarricense Maderas Cultivadas de Costa Rica S.A. ha establecido plantaciones forestales de monocultivos de teca y melina. Hasta el momento se han instalado 3 mil hectáreas de melina, pero la empresa tiene compradas 5 mil hectáreas y el proyecto piensa ampliarse a 8 mil hectáreas.

Esta actividad, a su vez, conlleva acciones de madereo, generalmente de maderas preciosas, en la medida que despejan la zona para las plantaciones. Según las referidas denuncias, presentadas ante la Procuraduría Ambiental en Managua, la empresa --como parte del manejo forestal-- prendió ilegalmente fuego a los rastrojos y maderas no preciosas que había dejado en el suelo. El fuego avanzó de manera peligrosa sobre las fincas vecinas. Así fue detectado por una visita en el terreno realizada por integrantes de Comunidad Ambientalista en noviembre de 2005.

Al mes siguiente los jóvenes dieron seguimiento al caso en Managua, pero se encontraron con la (mala) sorpresa de que había sido archivado y ni siquiera tenían conocimiento del mismo. Nuevamente, con el esfuerzo del compromiso juvenil, recaudaron fondos a partir de conciertos de música y venta de camisetas para ir en comisión hacia la zona y visitar el lugar, documentar el daño y sacar fotos. Allí observaron que ya hay 5.000 hectáreas compradas, hay una marcación numeral de los árboles y la plantación avanza. Aparentemente la empresa tiene la idea de ampliar las plantaciones a 8.000 hectáreas.

En los tres días que los jóvenes pasaron en la zona, apoyados por la comunidad que les dio albergue y comida, observaron que numerosos manantiales y pequeños riachuelos se han secado y que el agua sale con una coloración blancuzca. Por otro lado, verificaron irregularidades en la actuación de la empresa. Según denuncian, ésta pasó por encima de la ley municipal y se presentó directamente ante el Ministerio de Agricultura y Forestal (MAG-FOR), quien le habría otorgado los permisos de corte (tanto del bosque secundario como del bosque primario intervenido), cuando en realidad tendría que haber sido la autoridad municipal de INAFOR (Instituto Nacional Forestal).

Los jóvenes informan que la empresa intentó reunirse con ellos, cosa que no aceptaron, pues también habían sido informados de los intentos de comprar con cinco mil dólares a algunos de los líderes de la agrupación voluntaria juvenil local.

La posición de las organizaciones juveniles es: ¡No Queremos Empresas Melineras en el Municipio!

- Papúa Nueva Guinea: ONG locales impugnan el préstamo del Banco Mundial para proyecto de palma aceitera

Papúa Nueva Guinea tiene un sistema de tierras comunales que ha permitido a la mayoría de las comunidades rurales ganarse el sustento a través del acceso gratuito y fácil a la tierra, el agua limpia y la abundancia de recursos naturales. Sin embargo, la introducción de plantaciones de cultivos comerciales socava sus sistemas y estructuras consuetudinarios y conlleva impactos sociales y ambientales negativos.

La palma aceitera es un buen ejemplo: impulsada desde afuera y orientada a la exportación, cuenta con la financiación del Banco Mundial. Sin embargo, el proyecto ha enfrentado la oposición local. Pequeños propietarios han advertido a los empresarios de la palma aceitera que deben permanecer fuera de sus tierras (véase el boletín Nº 74 del WRM). Ahora, frente a la próxima reunión del Directorio del Banco Mundial que tratará la aprobación del préstamo P079140 (Papúa Nueva Guinea - Desarrollo de la Pequeña Agricultura), varias ONG papúas se le oponen firmemente. Con el fin de recoger adhesiones han hecho circular una carta dirigida a la Junta de Directores Ejecutivos del Grupo del Banco Mundial en la que se les solicita que no aprueben más préstamos destinados a plantaciones y procesamiento de palma aceitera.

Este tipo de plan no redundará en nada bueno para las comunidades. Su petición está bien fundada, como lo demuestra la carta: “La palma aceitera es riesgosa: Nos oponemos a que haya más proyectos de palma aceitera en Papúa Nueva Guinea a causa de los problemas sociales y ambientales adversos que se constatan en las zonas de palma aceitera existentes. El precio de la palma aceitera depende en gran medida del precio mundial del producto, que puede ser volátil. Dada la enorme expansión del programa de palma aceitera en otros países, especialmente en Indonesia, el riesgo de una caída del precio es muy alto”.

“La palma aceitera es destructiva para el medio ambiente: El documento del proyecto del Banco Mundial subestima los impactos ambientales de la palma aceitera. Nuestro país ya ha sufrido los impactos adversos de la palma aceitera en aquellas provincias donde se cultiva. El historial de PNG en cuanto a garantizar la sustentabilidad ambiental es paupérrimo. La capacidad de supervisión del Departamento para el Medio Ambiente y la Conservación está limitada por la falta crónica de recursos. No tiene la capacidad ni la competencia necesarias para supervisar la amplia gama de asuntos ambientales relativamente complejos relacionados con la palma aceitera.”

“La palma aceitera es mal desarrollo: Más de dos décadas de cultivo de palma aceitera en Papúa Nueva Guinea han resultado en poco o ningún desarrollo para nuestro país. De hecho vemos una regresión de las condiciones y niveles de vida en los lugares donde se cultiva palma aceitera. Nuestro gobierno ofrece exoneraciones y créditos impositivos a los operadores de la industria de la palma aceitera, pero esto limita considerablemente los beneficios económicos para PNG. Los agricultores que trabajan de sol a sol con la esperanza de una mejor calidad de vida, como les prometieron los que los metieron en el cultivo de palma aceitera, están desilusionados y enfadados porque lo único que les han dado son promesas vacías, en tanto los recursos de los que dependen para sobrevivir están ahora degradados y contaminados. Gran parte de los ingresos que obtienen con la palma aceitera se vuelven a ir con los pagos de los costes incurridos para establecer sus parcelas cultivadas con palma aceitera.”

“La palma aceitera es una imposición a nuestro pueblo: Los productores de palma aceitera nos informan que cultivan palma aceitera solamente porque necesitan dinero para pagar las matrículas escolares cada vez más onerosas necesarias para que sus hijos accedan a la educación. La ironía es que las matrículas escolares nos fueron impuestas precisamente porque nuestro gobierno presta oídos a un poder extranjero como el Banco Mundial, que recomienda la adopción del sistema de usuarios que pagan de forma que los ingresos se desvíen al pago de la deuda. Para una nación del sur como PNG, la educación y el cuidado elemental de la salud son servicios esenciales a los que debería darse prioridad al distribuir los ingresos que PNG obtiene de otros sectores. El Banco Mundial debería presionar a nuestros dirigentes para que se cubran estas necesidades y responsabilidades fundamentales, en lugar de presionar a la población papúa a sacrificar tierras fértiles, bosques prístinos y cursos de agua sanos por un cultivo comercial que ninguna nación rica industrializada del mundo quiere tener en su propio jardín. Es obvio que las naciones ricas imponen el cultivo de palma aceitera en países como PNG simplemente porque se trata de un cultivo contaminante que exige trabajo intenso y gran cantidad de nutrientes, para que sus industrias puedan tener acceso a aceite barato.”

El proyecto también es malo para el país: “La palma aceitera aumenta el problema de la balanza de pagos de PNG. Los agricultores pasan a depender demasiado de un monocultivo comercial. Lo que queda del dinero que tanto les costó obtener con la palma aceitera terminará enriqueciendo a empresas extranjeras debido al consumo generalizado de arroz importado de Australia, pescado enlatado, carne enlatada y un abanico de otros productos de baja calidad procedentes de Indonesia y China. Esto aumenta nuestra balanza de pagos. Papúa Nueva Guinea debería recibir apoyo y asistencia para producir internamente alimentos y otros productos necesarios y procurados, de modo que el dinero circule dentro del país en beneficio de nuestras comunidades y disminuya la precaria balanza de pagos del país.”

“Aumento de la deuda nacional: De aprobarse, este préstamo aumentará la carga de la deuda de Papúa Nueva Guinea sin que haya ninguna verdadera ganancia en cuanto a desarrollo. Tememos que frente al fracaso del gobierno, el aumento de la deuda lleve a una mayor devaluación del kina [moneda local], otra carga sobre los hombros de nuestro pueblo y nuestro preciado medio ambiente. Esto resultará inevitablemente en más privaciones para nuestra gente y una mayor presión para explotar el medio ambiente relativamente sano, del que más del 80% de nuestra gente depende para sobrevivir. ¡Esto es, en esencia, fabricar la pobreza, no reducirla!”

Además, la financiación llega a un país cuyo ejercicio del gobierno está siendo impugnado: “El gobierno de Papúa Nueva Guinea no se hace responsable. Papúa Nueva Guinea tiene un largo historial de fracasos en el ejercicio del gobierno, mala administración y mal uso de los fondos públicos por parte de quienes están en el poder. Esto ha convertido en inútil e ineficaz a la mayor parte de la ayuda para el desarrollo”.

“Banca imprudente. Es una falta de responsabilidad que el Banco Mundial otorgue un préstamo a este proyecto tras el fracaso del Proyecto de Bosques y Conservación (FCP). El año pasado el Banco Asiático de Desarrollo tuvo que cancelar su préstamo para un proyecto similar llamado “proyecto Nucleus Agro-Enterprises” por motivos de mala administración financiera. Puesto que el riesgo asociado es alto y que el Banco Mundial en tanto prestamista tiene poca influencia en el resultado, embarcarse en otro proyecto así para la expansión de la palma aceitera es una mala práctica bancaria, al igual que otorgar otro préstamo a PNG.”

Demasiados riesgos por el bien de la industria de la palma aceitera: “PNG se endeuda para subsidiar la industria de la palma aceitera: Aunque el documento del proyecto declara que este plan aumentará los ingresos de PNG, se trata en realidad de un subsidio otorgado a la industria. Nuestro pueblo, sobre todo los agricultores que el Banco Mundial ha identificado como los que necesitan ayuda para salir de la pobreza, han terminado soportando sobre sus hombros el grueso de la carga de la deuda. Es por todo esto que las comunidades han empezado a rechazar los proyectos de palma aceitera, como lo demuestran las declaraciones de protesta que se adjuntan para vuestra referencia.”

Las ONG concluyen denunciando que el préstamo contradice los Objetivos y Principios Directivos Nacionales: “Nuestra Constitución nacional hace énfasis en las empresas a pequeña escala y el respeto a la forma de ser de PNG, el desarrollo humano integral para nuestro pueblo, el uso y la administración sensatos de nuestros recursos naturales para hoy y para el futuro. Si el Banco Mundial está verdaderamente interesado en el desarrollo en PNG; los cinco principios directivos de la Constitución brindan un marco sensato para un enfoque muy especial del desarrollo que creemos será más beneficioso para el país.”

La carta completa está disponible en inglés en: http://www.wrm.org.uy/countries/PapuaNG/WBLetter.htm

- Laos: entran los gigantes de la celulosa de India y Japón

A lo largo de más de una década una red de intereses ha estado impulsando las plantaciones industriales de árboles en Laos. La organización clave es el Banco Asiático de Desarrollo (BAD). En 1993, el gobierno de Laos aprobó un Plan de Acción para los Bosques Tropicales (TFAP), que se llevó a cabo con financiación del BAD y el Banco Mundial entre otros. El TFAP recomendaba el madereo de los bosques y el establecimiento de plantaciones industriales de árboles en las tierras boscosas degradadas.

Poco después el BAD inició su Proyecto de Plantaciones Industriales de Árboles, que funcionó hasta 2003. El BAD calificó este proyecto de “no exitoso”. Una evaluación del proyecto a cargo del Banco declaró que como resultado del mismo “las personas se sumergieron más en la pobreza” (véase el boletín Nº 103 del WRM). Sin inmutarse, el BAD comenzó un nuevo Proyecto de Desarrollo de Plantaciones Forestales en enero de 2006. Con este nuevo proyecto se acelera el proceso de sustituir con monocultivos las tierras colectivas, los campos y las tierras boscosas de los pobladores de las aldeas. El objetivo del proyecto de seis años del BAD es “promover una superficie de plantaciones industriales suficientemente grande como para atraer a la República Democrática Popular de Laos una fábrica de celulosa o una o más fábricas de MDF [fibra de densidad media] en un futuro no demasiado lejano”.

En febrero de 2006, un par de meses después del Taller de Consulta para el Sector Privado realizado en Vientiane con apoyo del BAD, Oji Paper compró la concesión de 154.000 hectáreas de Lao Plantation Forestry en Laos con la idea de cubrir un tercio de las mismas con plantaciones industriales de árboles. Oji Paper es una de las mayores empresas de la celulosa y el papel de Japón y la sexta productora en volumen de papel y cartón del mundo. La empresa tiene un total de 140.000 hectáreas de plantaciones en el extranjero, en China, Vietnam, Australia, Nueva Zelanda y Brasil.

En marzo de 2006 el Grupo Aditya Birla, de India, anunció que invertiría US$ 350 millones en Laos en plantaciones industriales de árboles y una fábrica de pasta soluble con capacidad para producir 200.000 toneladas anuales. El gobierno de Laos ha arrendado 50.000 hectáreas al Grupo por un período de 75 años. Tres empresas, todas ellas propiedad del Grupo Aditya Birla, invertirán en el proyecto: Grasim Industries (India), que poseerá el 51%, Thai Rayon (Tailandia) y PT Indo Bharat Rayon (Indonesia).

Según los planes, la fábrica de celulosa se construirá siete años después de que se hayan plantado los primeros eucaliptos. La pulpa se exportará a las fábricas de fibra de rayón de Aditya Birla de Tailandia, India e Indonesia.

Las ventas anuales del Grupo Aditya Birla ascienden a US$ 7.600 millones. El Grupo se describe a sí mismo como “la primera corporación verdaderamente multinacional de India”. El Grupo posee siete fábricas de pulpa y fibra en India, Tailandia, Indonesia y Canadá, que entre todas tienen una capacidad de producción de 775.000 toneladas por año, y es el mayor productor mundial de fibra artificial de celulosa (viscosa). Según la revista Forbes, el presidente del Grupo, Kumar Birla, es una de las personas más ricas del mundo, con un acervo neto de US$ 4.400 millones.

En los últimos meses recibí varios testimonios relativos a los impactos de las plantaciones industriales de árboles en Laos. Lo que sigue es una serie de extractos editados de estos informes, que lamentablemente han de permanecer anónimos.

Una persona cuenta sus observaciones: “Ahora, si uno va por la ruta 13, resulta más que obvio que lo que hace apenas cinco o diez años era un saludable bosque bajo, hoy se está convirtiendo en plantaciones de eucaliptos. Eso le pasa incluso a lo que eran bosques inundados en las llanuras aluviales de Nam Hinboun y Nam Pakan”.

Oji Paper está talando grandes superficies de bosques cerca de la represa (financiada por el BAD) de Theun Hinboun, entre la ruta 13 y el río Hinboun. “Aquí está ocurriendo un verdadero desastre”, reza una crítica anónima. “Muchas personas, que ya han sufrido por la merma de la pesca en el río Hinboun a causa del problema de la represa, ahora tienen un doble problema con las plantaciones. La empresa está consiguiendo todo tipo de bosques. El procedimiento de Adjudicación de Tierras y Bosques [del gobierno de Laos] ha fracasado rotundamente en este aspecto, porque si bien no puede quedarse con bosques ni dárselos a la gente, está ayudando a las empresas a talarlos y a quitarle toda la tierra a la gente. Ahora mismo la gente simplemente ya no tiene espacio para respirar. Realmente, el BAD no tiene vergüenza cuando declara que está ayudando a los pobres y al bosque”.

El BAD y el gobierno de Laos alegan que las plantaciones ocupan solamente bosques degradados. Pero “bosque degradado es a menudo otra palabra para bosques saludables en recuperación, que tienen un gran valor utilitario para los pobladores y son biodiversos en flora y fauna”, como señala otra persona.

El problema que el BAD no puede o no quiere entender es que los aldeanos dependen del bosque y de las tierras comunitarias para su sustento. Una persona observó y describió la forma en que los pobladores recogen “resina, leña, hongos, insectos y ranas en la estación húmeda y pastos para hacer techos” en “bosques dipterocárpeos secos con perturbaciones bastante fuertes”. Los aldeanos también utilizan la tierra para pastar su ganado.

"Las comunidades llegan a la conclusión de que las plantaciones no están para su beneficio sino para beneficio de las empresas”, escribe otra persona. “Los aldeanos han perdido su tierra. Se supone que las plantaciones de eucaliptos son reforestación y se supone que se plantan en bosques degradados. Pero los aldeanos dicen que los eucaliptos son muy distintos de los bosques”.

Por Chris Lang, correo-e: ed.enilno-t@gnalsirhc, www.chrislang.blogspot.com

- Uruguay: el FSC maquilla de verde a monocultivos de árboles

Dos grandes empresas forestadoras nacionales (FYMNSA y COFUSA), una finlandesa (Botnia-UPM/Kymmene) y una española (Ence-Eufores), han recibido el certificado del FSC (Forest Stewardship Council o Consejo de Manejo Forestal). Ese certificado permite a las empresas asegurar que sus “bosques” (¡de eucaliptos y pinos!) son manejados de manera ambientalmente apropiada, socialmente beneficiosa y económicamente viable. Al menos eso es lo que afirma el mandato del FSC. Sin embargo, un reciente estudio llevado a cabo en Uruguay demuestra exactamente lo contrario.

En lo referente a la biodiversidad, resulta insólito que ninguna de las empresas certificadoras haga referencia al principal ecosistema del país (la pradera), donde se desarrolla el mayor número de especies vegetales, de las que a su vez depende gran parte de la fauna nativa. La explicación es sencilla: las plantaciones están establecidas precisamente en áreas de pradera. Las opciones entonces eran solo dos: o ignorar el tema o negar la certificación. SGS y SmartWood (las dos certificadoras involucradas), optaron obviamente por la primera.

Para agravar el problema, estos grandes monocultivos certificados están impactando sobre el agua, lo que implica efectos en cadena sobre las numerosas especies vegetales y animales vinculadas a humedales, espejos y cursos de agua, que o bien desaparecen o disminuyen su caudal. Al mismo tiempo, impactan sobre la muy poco estudiada flora y fauna de los suelos, para gran parte de la cual estas plantaciones constituyen o un desierto alimenticio o un ambiente tóxico.

Los cambios en la biodiversidad generados por estos monocultivos certificados han resultado además en impactos sobre las poblaciones locales. En efecto, estos desiertos alimenticios para la fauna local están vacíos de gente. Ello los convierte en excelentes refugios para jabalíes y zorros, que se alimentan de las producciones agropecuarias de la zona, matando corderos y aves de corral, al igual que de los cultivos de los agricultores, volviendo así casi imposible la supervivencia de esa gente.

Al mismo tiempo, la ruptura del equilibrio ecológico resultante de estos extensos monocultivos de árboles ha dado lugar a un gran incremento en las poblaciones de víboras ponzoñosas, que atentan contra la vida de los trabajadores forestales y de las poblaciones vecinas (y sus animales), que ahora encuentran estas peligrosas víboras hasta adentro de sus casas.

Por esas y otras razones constatadas en el estudio mencionado, queda claro que no se trata de un manejo “ambientalmente apropiado” de los recursos naturales.

En lo social, se confirmó que estas plantaciones generan cambios negativos en el medio rural (latifundización y extranjerización de la tierra, despoblamiento del medio rural, desaparición de otras actividades productivas, impactos sobre otras producciones agropecuarias), escaso empleo en condiciones de trabajo precarias (sistema de contratistas, trabajo temporal, bajos ingresos, trabajo a destajo, escaso cumplimiento de la legislación laboral) y es poco lo que aportan como beneficios a las comunidades locales. Por consiguiente, no se puede afirmar que constituyan un manejo “socialmente beneficioso”.

En lo económico, el estudio muestra que las empresas plantadoras han recibido todo tipo de apoyos directos e indirectos del Estado (subsidios, exoneraciones impositivas, créditos blandos, construcción de carreteras, mantenimiento de la caminería rural afectada por los pesados camiones vinculados a actividades de estas empresas). Esos apoyos económicos directos, unidos a la externalización de los impactos ambientales (sobre agua, flora, fauna) y sociales (mano de obra barata y malas condiciones laborales mediante el uso del sistema de subcontratistas, perjuicios a otras actividades rurales) han sido fundamentales para viabilizar económicamente una actividad que sin ellos hubiera sido inviable. Es decir, que de ninguna manera constituyen una actividad “económicamente viable”.

La conclusión es clara: los grandes monocultivos de árboles implantados en Uruguay nunca debieron ser certificados por el FSC, precisamente porque son “ambientalmente inapropiados, socialmente perjudiciales y económicamente inviables”. Esta certificación otorga un maquillaje verde a una actividad cada vez más cuestionada en Uruguay y debilita a quienes buscan un modelo de desarrollo ambientalmente apropiado y socialmente beneficioso … que es precisamente lo que la mayoría de los miembros del FSC quieren que la certificación apoye.

* El estudio “El maquillaje verde de la forestación en Uruguay: análisis crítico de plantaciones certificadas por el FSC”, por Ricardo Carrere, será publicado en breve en castellano e inglés.

- Árboles transgénicos: los países llaman a moratoria mundial durante la COP8 de la CDB

El uso cada vez mayor de la biotecnología en el sector forestal ha conllevado la diseminación del cultivo de árboles transgénicos en por lo menos 35 países. Aunque, según la FAO, la mayor parte de la investigación está confinada a los laboratorios, ya se han liberado varios millones de árboles de ingeniería genética en ensayos a campo abierto en China, América del Norte, Australia, Europa e India y, en menor medida, América del Sur y África.

En el caso de China, la Autoridad Forestal Estatal es incapaz de rastrear los 1,4 millones de álamos transgénicos (Populus nigra), modificados para ser estériles y resistentes a plagas, plantados hasta ahora. Se están considerando planes para aumentar las plantaciones de árboles manipulados genéticamente en China. En Estados Unidos, las solicitudes para realizar ensayos de campo de árboles transgénicos han aumentado más del 70% en 15 años. Un proyecto del gobierno brasileño para secuenciar el genoma completo del eucalipto cuenta con financiación de empresas que obtuvieron los primeros lugares en una lista de los peores proyectos de sumideros de carbono durante la 9ª conferencia de las partes de la Convención de Cambio Climático que se realizó en Milán en 2003. Sin embargo, la FAO describe equívocamente el proyecto “Genolyptus” en Brasil como una “investigación biotecnológica de punta”.

El riesgo de los árboles transgénicos se extiende y entre tanto han sonado alarmas relativas a sus impactos. Parece que ahora algunos países les han prestado atención. El 22 de marzo, durante la octava Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre la Diversidad Biológica, realizada en Curitiba, Brasil, delegados de países de todo el mundo llamaron a una moratoria a la liberación de árboles transgénicos en el ambiente.

Irán fue el primer país que planteó el asunto de la moratoria y reconoció que los árboles manipulados genéticamente empeorarán los problemas existentes con los monocultivos de árboles. En tanto la CDB es la parte responsable de este asunto, Irán resaltó la necesidad de que este organismo imponga una moratoria e inicie una evaluación global del riesgo en relación con los árboles transgénicos.

La propuesta de moratoria fue respaldada por nueve países: Ghana, Ecuador, Egipto, Irán, Madagascar, Malawi, Filipinas, Ruanda y Senegal. Ghana declaró que se había prestado escasa atención al tema de los árboles transgénicos pero que están surgiendo inquietudes con relación a sus impactos sobre los bosques y la salud humana. “El párrafo 9 de la recomendación del SBSSTA (Órgano Subsidiario, Técnico y Tecnológico de la CDB) [titulado ‘nueva era en materia de acceso a los recursos genéticos’ (traducción no oficial)] es muy débil. ¿Qué hará la Conferencia de las Partes? El mensaje debe ser más fuerte. Nos alegramos con la sugerencia de Irán de establecer una moratoria”, destacó un delegado de Ghana.

Los fundamentos para la prohibición de la liberación comercial de árboles transgénicos al medio ambiente también se establecieron en el “Documento informativo sobre árboles transgénicos” presentado durante la COP-8 de la CDB por Global Justice Ecology Project, EcoNexus, Amigos de la Tierra Internacional, Coalición Mundial por los Bosques y el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales: “La actividad de ingeniería genética en la investigación forestal es principalmente empresarial, modelada por los imperativos de la inversión privada, las fuerzas del mercado y las instituciones regulatorias del gobierno. Se crean nuevos tipos de árboles como medio de aumentar el valor para los accionistas de las compañías inversoras. Y aunque los potenciales beneficios irán para los accionistas, resulta claro que los riesgos ecológicos de ciertas características transgénicas modificadas en los árboles van a ser probablemente compartidas por todos. La inversión privada en la biotecnología forestal está ... incentivando la creación de nuevos fenotipos transgénicos en árboles a una tasa que está superando a la deliberación sobre políticas públicas y a la evaluación científica de las preocupaciones ambientales específicas de los árboles”, declara el documento.

“[La liberación comercial de árboles transgénicos] contaminará inevitablemente e irreversiblemente los ecosistemas de bosques nativos, que se volverán a su vez contaminantes en un ciclo interminable. Los potenciales efectos de la liberación comercial de los árboles transgénicos incluyen la destrucción de la biodiversidad y de la fauna y flora silvestres, la pérdida de agua potable, la desertificación de los suelos, el colapso de los ecosistemas de bosques nativos, importantes cambios a los patrones de los ecosistemas y serios impactos sobre la salud humana. A pesar de todas estas predecibles consecuencias desastrosas, no se han llevado a cabo evaluaciones en profundidad del riesgo de la liberación de los árboles transgénicos. Las comunidades rurales e indígenas en y alrededor de países que promueven las plantaciones de árboles transgénicos con fines comerciales soportarán la mayor carga de los impactos negativos de los árboles transgénicos.”

“Los potenciales impactos sobre la salud humana recién están comenzando a conocerse. Los riesgos para la salud incluyen mayor exposición a químicos peligrosos aplicados a las plantaciones de árboles transgénicos y efectos nocivos por la inhalación del polen de los árboles que producen la toxina bacterial Bt. [...] Se sabe que los pinos tienen gran polinización y que esparcen el polen por cientos de kilómetros. El establecimiento de plantaciones de pinos que producen el polen Bt podría llevar potencialmente a más vastos brotes de enfermedades.”

“Dado que la modificación genética en árboles ya está entrando en la fase comercial con el populus genéticamente modificado en China, es muy importante que se lleven a cabo estudios de evaluación del riesgo con protocolos y metodologías acordadas a nivel nacional e internacional. También resulta importante que los resultados de dichos estudios sean puestos a disposición de todos.”

El informe concluye: “Los efectos nocivos de las plantaciones de monocultivos de árboles con fines industriales ya están bien documentados y existe resistencia a los mismos en todo el mundo. Las plantaciones de árboles transgénicos solamente pueden empeorar los problemas existentes. Agréguese a esto la total falta de una evaluación de riesgo verosímil de la liberación de los árboles transgénicos, especialmente en escala global, para que resulte lógico que no debe haber ningún movimiento más en el desarrollo comercial de las plantaciones de árboles transgénicos. La Convención sobre Diversidad Biológica (CBD) de las Naciones Unidas debe imponer una moratoria sobre la tecnología y lanzar un examen profundo y global de los riesgos de la liberación de árboles transgénicos.”

Artículo basado en información obtenida del “Documento Informativo sobre los Árboles Transgénicos - Ítem 26.1 de la Agenda - CBD COP-8, Curitiba, Brasil”, http://www.wrm.org.uy/actors/BDC/COP8.pdf; mensaje personal de Orin Langelle, Global Justice Ecology Project y STOP GE Trees Campaign, e integrantes de la Coalición Mundial por los Bosques; “UN Cautions Over GM trees”, Sam Burcher, comunicado de prensa de ISIS de 12/10/05, http://www.i-sis.org.uk/UNCaution.php

- Chile: fábrica de celulosa destruye biodiversidad y medios de vida de la gente

Los cisnes de cuello negro tenían como hábitat el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter del río Cruces, sitio Ramsar, ubicado en la zona norte de la ciudad de Valdivia, en la X región. El cisne dev cuello negro ( Cygnus melancoryphus) es un ave migratoria nativa de América del Sur. Su paisaje son los humedales del sur de Brasil, Uruguay, casi toda la Argentina y Chile desde la IV hasta la XI región. Se alimenta de vegetales y en el río Cruces de un alga, el luchecillo. Además de que el cisne de cuello negro pasó a formar parte de la identidad local, el Santuario del Río Cruces permitió el desarrollo de una importante corriente turística que resultaba una fuente de ingresos y de trabajo importante para los lugareños.

A principios de 2004, 32 kilómetros al sudoeste del humedal comenzó a funcionar la fábrica de celulosa Arauco y Constitución (CELCO), filial forestal del Grupo Angelini. La fábrica funciona con sistema de blanqueo ECF (que utiliza dióxido de cloro) alimentada de pinos de extensas plantaciones de monocultivos, y descarga sus efluentes en el río Cruces.

No había transcurrido un mes de que hubiera comenzado a funcionar la fábrica cuando las comunas de San José de la Mariquina por el Oeste (a cerca de 6 Km de la planta), Lanco y Loncoche por el Norte (a unos 30 Km) y Valdivia por el sur (a cerca de 60 Km), protestaron por los insoportables olores que provenían de la fábrica (Ver Boletín Nº 83 del WRM). En octubre del mismo año surge la alerta por una anormalidad en el humedal, que se corroboró ante la presencia de cisnes muertos y moribundos, lo cual se atribuyó a la falta de alimento, pues se encontró que el luchecillo y otras algas estaban secos. La Universidad Austral de Valdivia presentó un informe en el que demostró que los metales pesados (aluminio incluido) que la papelera arrojaba al agua habían destruido el luchecillo, provocando la muerte de 500 aves sobre un total de 5.000 que rápidamente emigraron.

Por otra parte, el diagnóstico de un informe de la World Wildlife Foundation dado a conocer el 22 de Noviembre 2005, confirma las reiteradas denuncias que el movimiento ciudadano de Valdivia había venido realizando durante más de un año, y que han permanecido sin respuesta por parte de las autoridades. A su vez, el Servicio Agrícola y Ganadero de Chile llevó a cabo un análisis de concentración de dioxinas y furanos policlorados en tejidos de cisnes de cuello negro (“Estudio sobre origen de mortandades y disminución poblacional de aves acuáticas en el Santuario de la naturaleza Carlos Anwandter en la provincia de Valdivia”), realizado por un laboratorio de Estados Unidos. Los resultados muestran presencia de dioxinas y furanos policlorados, lo que da cuenta de que las fábricas de celulosa que realizan el blanqueo con dióxido de cloro emiten dioxinas y furanos, sustancias de extrema toxicidad, persistentes y bioacumulables en el ambiente.

Ante la catástrofe del río Cruces, la población de Valdivia, con sus 320 mil habitantes, respondió de inmediato con la creación de una asociación: Acción por los Cisnes. La multitudinaria e incesante participación y denuncia le dio al problema ambiental una estatura política que llevó el caso al ámbito internacional. Incluso, algunos eurodiputados se interesaron por la catástrofe y promovieron una revisión del Acuerdo de Libre Comercio entre la Unión Europea y Chile. No obstante, esto resulta irónico ya que los países del Norte son los que han promovido un consumo insustentable del papel y su demanda de materias primas es un factor que incentiva la exportación de celulosa desde el Sur, con los desastres sociales y ambientales que ello acarrea. La producción de celulosa para exportación se ha venido instalando en muchos países del sur, pródigos en tierras productivas, climas benignos, mano de obra barata y gobiernos endeudados. El buen negocio para algunos se hace a costa del ambiente y las poblaciones locales, que sufren a dos puntas: por los efectos destructivos de los monocultivos forestales y por la contaminación de la industria de la celulosa.

Si bien durante 2005 la fábrica de CELCO fue objeto de multas y clausuras temporarias impuestas por la Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA), la empresa sigue contando con el apoyo del gobierno chileno. Para muchos ecologistas, la CONAMA había sido presionada bajo la presidencia de Eduardo Ruiz-Tagle para aprobar el proyecto de la planta.

Mientras tanto, los cisnes han muerto o emigrado, la fábrica sigue contaminando, los vecinos continúan empobreciéndose con la desaparición de las actividades turísticas y la contaminación de sus cultivos, y su salud es afectada por las emisiones y efluentes de la fábrica. Pero también continúa sin tregua la movilización del pueblo de Valdivia en defensa de su biodiversidad. El Movimiento Ciudadano Acción por los Cisnes, el Consejo de Lonko de Pikunwijimapu, la Comunidad Indígena del Tralcao y la Asociación Gremial de los Armadores de Valdivia han presentado dos acciones legales, que están en tramitación: una investigación criminal en la Fiscalía de Valdivia y una demanda ante el Consejo de Defensa del Estado. Además, desde que la Planta Valdivia de CELCO entró en operación se han interpuesto dos Recursos de Protección, si bien ambos fueron revocados. Tampoco han cesado las movilizaciones. En enero de este año, más de 2 mil personas marcharon en contra de la contaminación de los ríos valdivianos y reclamando el cierre de Celco.

La consigna es: ¡por una nueva región de los ríos, sin contaminación! "No queremos que en un año nos digan que el Santuario está contaminado, porque eso todos lo saben, nosotros pedimos que se cierre Celco, ya que es un secreto a voces que esa empresa es la responsable del desastre ecológico”, señaló José Araya, del grupo Acción por los Cisnes.

Artículo basado en información obtenida del sitio de Acción por los Cisnes, http://www.accionporloscisnes.org/ ; “Las papeleras de Michelle”, Por Eduardo Basz, http://www.rionegro.com.ar/arch200602/01/o01j01.php; “Plantas de celulosa que utilizan dióxido de cloro emiten dioxinas y furanos: la evidencia chilena”,comunicado de RAPAL-Uruguay, 8 de noviembre 2005, http://www.guayubira.org.uy/celulosa/evidencia.html

WORLD RAINFOREST MOVEMENT
MOVIMIENTO MUNDIAL POR LOS BOSQUES TROPICALES
Secretariado Internacional
Ricardo Carrere (Coordinador)
Maldonado 1858; CP 11200
Montevideo - Uruguay
Tel: +598 2 413 2989
Fax: +598 2 410 0985
Sitio web: http://www.wrm.org.uyE-mail: yu.gro.mrw@mrw

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