Unión Europea: Ávida de materias primas, promueve el despojo a nivel global

Idioma Español
País Europa

La preocupación por el calentamiento global, junto a la llamada “transición energética” para reducir la dependencia a los combustibles fósiles y el desarrollo de nuevas tecnologías, han dado inicio a una intensa carrera global por las materias primas. Por ello y en aras de sostener el “crecimiento económico”, cada vez se necesitan mayores cantidades y variedades de metales y minerales.

- Foto de EcoPortal.

La Unión Europea (UE) ha sido y es un actor fundamental en esta carrera. A través de políticas e inversiones públicas de miles de millones de euros, la coalición de países europeos busca garantizar su acceso a las materias primas estratégicas a cualquier costo, bajo el discurso del “desarrollo” y la economía “verde”.

Inversiones multimillonarias

En diciembre del año 2019, la Comisión Europea (CE) aprobó un paquete de ayudas de Estado de 3,200 millones de euros para convertir a Europa en una potencia mundial en la fabricación y distribución global de baterías. Esta inversión será destinada en particular a investigar y desarrollar un “ecosistema paneuropeo” de baterías eléctricas con la participación de Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Polonia y Suecia.

“La producción de baterías en Europa es de interés estratégico para nuestra economía y sociedad por su potencial en términos de movilidad y energía limpia, creación de empleo, sostenibilidad y competitividad”, declaró en un comunicado la vicepresidenta de la CE y comisaría de Competencia, Margrethe Vestager.

La medida anunciada es una continuación a la Alianza Europea de Baterías, la cual fue impulsada por el sector automovilístico alemán y constituida en el año de 2017 para competir con países como China en un mercado que se espera sea clave en el desarrollo del vehículo eléctrico.

Según la CE, la Alianza Europea de Baterías aspira a aportar “innovación de vanguardia en toda la cadena de valor de las baterías, desde la minería y el procesamiento de las materias primas, la producción de materiales químicos avanzados, el diseño de celdas y módulos de baterías y su integración en sistemas inteligentes, el reciclaje y la reutilización de baterías usadas”.

Materias primas estratégicas

Las acciones de la UE para acceder a cada vez más recursos naturales se inscriben en una estrategia bien planificada. Hace años que la UE, liderada por Alemania y Francia, se dio cuenta de su vulnerabilidad y dependencia sobre las importaciones de materias primas, en particular de 27 materias consideradas “críticas”, entre las cuales se incluyen a tres minerales (cobalto, el tantalio y el wolframio) y a las tierras raras.

Ante esa situación, la UE decidió diseñar políticas que abarcan toda la cadena de suministro, desde la explotación minera hasta la fabricación de tecnología y automóviles.

Antes de la crisis económica del año 2008, la UE empezó a dibujar su estrategia a través de la  Iniciativa de las Materias Primas.

“Las materias primas son esenciales para un funcionamiento sostenible de las sociedades modernas. El acceso a las materias primas minerales y su obtención a unos precios asequibles son fundamentales para un buen funcionamiento de la economía de la UE. Sectores como la construcción, las industrias química, automovilística y aeroespacial, la maquinaria y el equipamiento, que aportan un valor añadido total de 1,324,000 millones de euros y proporcionan empleo a aproximadamente 30 millones de personas dependen del acceso a las materias primas”, establece el texto en su introducción.

La estrategia se basa en tres pilares: primero, acciones fuera de la UE para “ garantizar el acceso a las materias primas de los mercados internacionales”; segundo, acciones dentro de la UE, creando marcos legales para “potenciar un suministro sostenible de materias primas de fuentes europeas”; y tercero, “fomentar una eficiencia de recursos general y promover el reciclaje para reducir el consumo de la UE de materias primas primarias y disminuir su dependencia relativa de las importaciones”.

“Desarrollo” y “cooperación internacional” legitiman el despojo

El primer pilar de la Iniciativa de las Materias Primas, el cual tiene que ver con el acceso a recursos naturales ubicados fuera de la UE implica el desarrollo de relaciones internacionales, en particular con países del Sur global donde se concentran buena parte de los recursos codiciados.

“Muchas materias primas importantes se encuentran en países en desarrollo de África o de otros continentes. Hay una necesidad patente de coherencia entre la política de desarrollo de la UE y sus necesidades de un acceso a materias primas sin distorsiones comerciales para crear situaciones que beneficien a todos: una buena gobernanza, la transparencia en los acuerdos mineros y los ingresos de la minería, la igualdad de condiciones para todas las empresas, posibilidades de financiación, regímenes fiscales razonables y prácticas de desarrollo adecuadas son factores beneficiosos para los países en desarrollo que favorecen además el acceso de la UE a las materias primas”, establece el texto de la Iniciativa.

Para legitimar sus acciones y lograr su fin, la UE utiliza el discurso del apoyo al “desarrollo”, la “cooperación internacional” y la “responsabilidad de las empresas”.

Sin embargo, como  lo denuncia el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, “esta ‘ayuda para el desarrollo’ en la práctica, facilita la extracción de minerales y/o la negociación entre los países y las empresas mineras de la UE. Para permitir el acceso de las transnacionales a las materias primas se aplica una ‘diplomacia de materias primas’, que comprende tratados de libre comercio y el uso de instrumentos de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para la ‘resolución’ de conflictos en tribunales privados. Con estas estrategias, las empresas y gobiernos de la UE pueden justificar prácticas altamente violentas y destructoras, como lo que sucede en la República Democrática del Congo con la extracción del cobalto”.

Economía “verde” para justificar el saqueo

Otra parte fundamental del discurso de la UE tiene que ver con el supuesto cuidado al medioambiente a través de la transición a una economía llamada “verde”.

“La UE no logrará cambiar el rumbo hacia una producción sostenible basada en productos no nocivos para el medio ambiente sin estos metales de alta tecnología. Estos metales desempeñan además un papel fundamental en el desarrollo de ‘tecnologías medioambientales’ innovadoras que potencian la eficiencia energética y reducen las emisiones de gases invernadero”, argumenta la UE en su   Iniciativa de las Materias Primas.

Sin embargo, según datos del Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales, esa transición energética podría llegar a duplicar o triplicar la demanda de metales y minerales, los cuales “se han convertido en la clave de una economía que se basa en el crecimiento y que elabora desde ahí un complejo discurso para justificarlo y maquillarlo de verde”.

Como lo señala dicha organización, la fabricación de objetos basados en las nuevas tecnologías requiere una cantidad inmensa de materias primas.

Así, por ejemplo, para fabricar un vehículo eléctrico, se requiere de aproximadamente 80 kg de cobre, 10 kg de cobalto, entre 10 y 20 kg de litio, 30 kg de níquel y 30 kg de grafito.

Según CODELCO, la empresa minera estatal chilena que es una de las mayores productoras de cobre del mundo, un sólo molino de viento o aerogenerador que produce 1 MW de energía, contiene 4.4 toneladas de cobre.

“Las mineras europeas activas en el Sur global hablan de ‘minería responsable’, que básicamente es la misma minería destructiva adornada con explicaciones sobre cómo están haciéndoles un favor a las comunidades locales. Los argumentos más habituales hablan del uso de tecnología de punta que prevendría la destrucción y la contaminación, cuando lo cierto es que lo que permite esta tecnología es mayor destrucción, de mayores áreas, más remotas y a menudo boscosas”, resume el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales.

Fuente: Avispa Midia

Temas: Extractivismo

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