Compartir las semillas como forma de respetar la vida

En un evento que se propuso recuperar el vínculo entre los productores y las semillas, se desarrolló en los días 25 y 26 de Junio en el Patio de la Madera el encuentro "Cultivando y compartiendo nuestras semillas"

El Encuentro estuvo organizado por la Subsecretaría de Economia Solidaria municipal en convenio con el Programa Pro Huerta del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) y el Centro de Estudios de Producciones Agroecológicas (CEPAR).

Compartir e intercambiar experiencias fue la consigna que reunió a productores rosarinos y provenientes de otras regiones del país como Tucumán, Florencio Varela, Santiago del Estero, Misiones, La Plata y Marcos Paz.

La jornada se inició con una feria de semillas producidas por los huerteros y agricultores locales. Durante la apertura, estuvieron presentes Antonio Lattuca del Programa de Agricultura Urbana, el subsecretario Omar Isern y el secretario de Promoción Social, Pedro Pavicich, quien expresó que dicha ocasión representó "una posibilidad de cohesión de los grupos sociales" y la "oportunidad de hacer un intercambio entre quienes producen en Rosario y quienes lo hacen en otras localidades del país".

Con posterioridad, el sociologo portorriqueño especialista en biodiversidad Nelson Alvarez brindó una interesante conferencia sobre el tema "Las semillas: patrimonio de la humanidad; su importancia en la historia y la actualidad ¿cómo impulsamos desde la sociedad civil y el estado una política pública para preservarlas?".

En una disertación que apuntó básicamente a reivindicar la milenaria capacidad de los pueblos para trabajar por sí mismos su tierra, para producir y conservar las semillas, el sociologo manifestó que el conocimiento de las comunidades locales no necesita del aval de la ciencia para el trabajo en agricultura pues la propuesta sería trabajar con los avances científicos y no desde ellos. "La ciencia fragmenta la cosmovisión de las comunidades originarias" opinó Alvarez aludiendo al sistema dominante que desde el siglo XIX surgió en contraposición a la naturaleza, desfigurando la relación armónica que el hombre mantenía con ella.

La diversidad de la vida o biodiversidad "es una herencia enorme", sostuvo Alvarez y por ello, cuando se pierde la agrodiversidad, se pierde el conocimiento transmitido generación tras generación, según destacó el sociólogo.
Alvarez explicó que "ya hoy se reconoce lo que los agricultores y agricultoras han sabido siempre", paradójicamente en el marco del predominio de los monocultivos extensivos que resultan ser menos productivos que el cultivo contemplativo de la biodiversidad porque "los sistemas tradicionales son altamente productivos cuando se los evalúa en conjunto", según el estudioso de la biodiversidad.

En relación a esto, un concepto a reevaluar para el disertante fue "¿cómo medimos lo que es la productividad?", teniendo en cuenta que se calcula que en el siglo XX se perdieron tres cuartas partes de las variedades de cultivo, lo que representa tan sólo un ejemplo de las amenazas sufridas por la biodiversidad en las últimas tres décadas.

En referencia a las empresas transnacionales que concentran en la actualidad el mercado agropecuario, el disertante expresó que "son muy buenas" pero para hacer aquello para lo que fueron diseñadas, es decir, generar lucro a sus accionistas. Alvarez manifestó que "hay un acaparamiento cada vez mayor de los espacios de la vida para aumentar las ganancias", entre ellos, el acaparamiento de las semillas al considerárselas como patrimonio de ciertas empresas y ya no como patrimonio común de la humanidad.

Para el sociólogo, el mercado de las semillas transgénicas quiebra el derecho de los agricultores a sembrar y guardar la semilla, una clara estrategia en el marco del neoliberalismo para amarrar a los productores con contratos y desmerecer la utilidad del saber heredado por los agricultores en la materia.

Como consignas para el futuro, "hay que atreverse a pensar en cien años, no como los gobiernos de a cuatro o cinco años" desafió Alvarez y agregó que hay que lograr "mantener vivos los recursos y el conocimiento" para poder "construír eso que hace años se viene llamando soberanía alimentaria". Hacerse de "bolsillos de resistencia" como bolsillos territoriales, biológicos y culturales de esperanza, en palabras del sociologo.
Si es posible "otra agricultura, otra organización social y otro mundo", "queremos una agricultura, una organización social y un mundo con productores", finalizó Alvarez.

Otra interesante exposición fue la realizada por miembros de Las semillas de la Vida, un proyecto de agricultura comunitaria orgánica y sostenible desarrollado desde hace cuatro años en Tucumán a partir del apoyo de la Red Orgánica Solidaria de dicha provincia, la Shell Foundation y Universidad de Tucumán.

Este proyecto, que culminará en el año 2005, nació con el fin de generar mecanismos solidarios a través del diseño y ejecución de actividades que apunten al desarrollo agropecuario sustentable. Cabe destacar que las familias productoras agrupadas en Las Semillas de la Vida intercambian mediante mecanismos solidarios el 20 por ciento de lo producido.

A partir de este trabajo conjunto, 27.000 familias desarrollaron huertas orgánicas logrando apropiarse de las semillas, redistribuirlas solidariamente y conservar las especies a lo largo de la provincia, iniciativa que se ejecutó con apoyo del Programa Pro Huerta del INTA. Sus integrantes esperan que se logre el empoderamiento de las comunidades a través del sistema de gestión participativa con el que se viene trabajando y que la capacitación genere el fortalecimiento organizativo necesario para que las familias continúen encaminadas a pesar de la culminación del proyecto.

También compartieron su experiencia integrantes de la Red de Agricultura Orgánica de Misiones (RAOM), que es una de las iniciativas más antiguas que ha servido de modelo a los productores agroecológicos del país y vienen desarrollando una ejemplar lucha en la zona este contra los transgénicos.
Las representantes del Banco de Semillas de La Plata, otro de los proyectos presentados durante el encuentro que lleva veinte años de trabajo junto al CEDEPO, explicaron que desde esta agrupación se desarrollan proyectos productivos hortícolas (verduras orgánicas) y apícolas (pollos y huevos orgánicos), a lo que se agrega una planta procesadora de alimentos balanceados. Las responsables del Banco de Semillas explicaron que se destruye un 2 por ciento anual de la diversidad genética de los cultivos, que los suelos se degradan trece veces más rápido de lo que les lleva formarse, por lo que se decidió iniciar firmes acciones a favor de la biodiversidad a través de la educación popular sobre la conservación de las semillas porque, como expresaron las expositoras, conservar las semillas implica "transferir y transmitir de generación en generación los conocimientos de nuestros ancestros", idiomas, cultura, arte e ideas, costumbres, etc.

Otra de las iniciativas que tuvo su espacio dentro de la jornada fue el Centro de Estudios sobre Tecnologías Apropiadas de la Argentina (CETAAR) de Buenos Aires, quienes desarrollan, entre otras, acciones como el intercambio de saberes con los huerteros, brindan capacitaciones en el Centro y en distintas comunidades, organizan ferias de semillas, promueven la construcción de semilleros locales y editan materiales escritos para su divulgación.

Los representantes del CETAAR señalaron que la propuesta de "guardar nuestras semillas" responde a causas de diversa índole: económicas (ahorrar dinero, evitar concentración económica, generar ingresos y promover el desarrollo local); las conocidas causas ecológicas; culturales (respetar la cultura local generandose una coevolución entre cultura y cultivo, integrar la producción al consumo, integrar a la familia a la producción de alimentos) y, por último, causas políticas (no generar dependencia, evitar la concentración económica y de poder, promover la participación y recrear autonomía popular, construír poder desde la base y detener el avance de la biotecnología).

Además, presentaron sus experiencias representantes del Proyecto de Semillas de Santiago del Estero, de la Feria de Semillas del CETAAR de Marcos Paz, Buenos Aires, de la Universidad de La Plata y de Padrinazgo de Semillas de Rosario del CEPAR en el marco del Programa de Agricultura Urbana.

Por la tarde del viernes se continuó con la exposición e intercambio de semillas y en la mañana del sábado se realizaron distintos paneles y talleres, coordinados por Nelson Alvarez y el Dr. Carlos Vicente, coordinador de la organización internacional GRAIN y de Acción por la Biodiversidad.

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