Congreso latinoamericano de ciencia crítica: la salud de los territorios y acciones comunitarias ante la crisis climática

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El VIII Congreso de Salud Socioambiental reunirá a científicas y científicos de la región comprometidos con la salud, frente al modelo de transgénicos y agrotóxicos, y con las comunidades afectadas por el extractivismo. "Aspiramos a una reflexión profunda sobre el papel de las ciencias y cómo transitar hacia un futuro más saludable", señalan desde la organización.

Rosario será sede de uno de los mayores encuentros de ciencia crítica al extractivismo, que construye conocimiento y acciones junto a organizaciones socioambientales, movimientos campesinos, pueblos indígenas y comunidades afectadas por actividades contaminantes. Se trata del  Octavo Congreso de Salud Socioambiental, que se llevará a cabo desde el 10 al 12 de junio. La convocatoria está resumida en dos consignas que dialogan: "El rol de las ciencias ante la crisis civilizatoria" y "Un compromiso con la salud de la Madre Tierra".

El congreso, que se realiza cada dos años, tendrá sede en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), Maipú 1065. Sus ejes temáticos serán biodiversidad y salud, ciencias y alimentación, ambiente y desarrollo, justicia ecosocial, arte y resistencias, ciencias ciudadanas y acción colectiva, entre otras. "Nuestro enfoque se basa en la cooperación y la construcción colectiva de soluciones para los desafíos ambientales, sociales y de salud que enfrentamos a nivel global. A través del diálogo y la acción, aspiramos a generar una reflexión profunda sobre el papel de las ciencias en la crisis civilizatoria y cómo podemos transitar hacia un futuro más saludable y justo para las generaciones futuras", explica la convocatoria del Instituto de Salud Socioambiental (Inssa) de la UNR, organizador de la actividad.

"Estamos en un momento de enorme injusticia climática, donde muy pocos (megamillonarios, corporaciones y gobiernos) son los grandes responsables de esta situación y nos quieren vender falsas soluciones. Por otro lado, estamos los que enfrentamos esas mentiras e injusticia, con pueblos y comunidades que sí tienen soluciones reales. Y este congreso es un espacio para nuestros diálogos, donde no solo se denuncia sino que también se resiste y se demuestra lo que podemos hacer para detener la crisis climática", explica Silvia Ribeiro, investigadora sobre el rol de las corporaciones extractivas y parte de la organización Grupo ETC.

Ciencia digna, una bandera del Congreso de Salud Socioambiental

Habrá nueve mesas de exposición centrales, talleres y muestras de arte. Los títulos de las mesas resumen la diversidad de temas: "¿Ciencias para cuidar la vida o para las corporaciones?", "Ciencias, alimentación y salud desde los invisibles", "Ciencias, semillas y propiedad intelectual, "Crisis tóxica en nuestros cuerpos-territorios", "Inteligencia Artificial, agua, energía y transiciones" y "El sector salud ante la crisis civilizatoria". El  programa completo lo encontrás online.

Uno de los protagonistas de los primeros primeros congresos solía ser  Andrés Carrasco, el científico que marcó un quiebre en el debate sobre el impacto de los agrotóxicos en la salud de la población. De hecho, fue el mismo equipo del Inssa el que impulsó el "Día de la Ciencia Digna", cada 16 de junio, en homenaje al fallecido investigador. Muchos concurrentes al Congreso de Salud Socioambiental son sus continuadores y/o discípulos.

Un escrito de Carrasco -- una suerte de manifiesto político-social-académico-- fue pilar fundamental en la conformación de la Unión de Científicos y Científicas Comprometidos con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina (Uccsnal). Como una muestra más de ese vínculo, en el congreso de esta semana se presentará el  cuarto número de la revista Ciencia Digna, una publicación académica y social de la Uccsnal.

Trigo, transgénicos y acciones

Elizabeth Bravo, bióloga ecuatoriana y parte de la Red por una América Latina Libre de Transgénicos (Rallt), será una de las oradoras de la mesa inaugural, titulada "Crisis tóxica en nuestros cuerpos-territorios". Allí se abordará el impacto de las exposiciones químicas y contaminantes sobre las personas y el ambiente. Señala que desde hace años trabajan con diversas organizaciones del continente en la problemática de los cultivos transgénicos, de las nuevas tecnologías, las fumigaciones y la privatización de las semillas.

"Ahora estamos con el  trigo transgénico, que es un grave problema que afecta a Argentina, Brasil y Paraguay, pero también a importadores, que no lo producen pero sí lo pueden consumir", alerta. Y precisa que otro tema a profundizar es la edición génica, una herramienta molecular que hace a una nueva generación de transgénicos.

"América Latina es la región donde mayor experimentación se está haciendo con esta nueva tecnología. Y con menor transparencia, porque la industria de semillas y agroquímicos ha conseguido saltar todas las normas regulatorias que existen en los países", denuncia.

Lis García es de la organización paraguaya Base-IS, que desde hace décadas denuncia al agronegocio y sus consecuencias en los sectores populares del campo. Sostiene que el trigo transgénico es "sumamente grave" por varios aspectos. El primer punto, señala, es la afectación a la salud de la población y el uso, para su cultivo, del glufosinato de amonio, un agrotóxico más peligroso que el glifosato.

"Este trigo significa un aumento de la carga tóxica de las fumigaciones en nuestros pueblos y el consumo de alimentos preparados con trigos con ese nivel de toxicidad. Es realmente muy peligroso", afirma. Precisa que en Paraguay aún no se empezó a producir este trigo (creado por la empresa Bioceres), pero sí se cultiva en Argentina y en zonas de Brasil "con resultados muy negativos en lo productivo, lo que también comprueba el fracaso de la tecnología transgénica".

"Estamos en un contexto donde las corporaciones siguen buscando tener el control no solamente de la semilla, sino también de la biodiversidad. Frente a eso necesitamos estrategias de lucha latinoamericanas que permitan enfrentarnos a este modelo y continuar luchando por la soberanía alimentaria", propone.

Semillas libres

Pablo Galeano, de la organización Redes-Amigos de la Tierra Uruguay, estuvo en el primer Congreso de Salud Socioambiental en 2011 y también en 2015, cuando nació la Uccsnal. Destaca el trabajo del Inssay que la actividad se realice en el marco de una universidad pública argentina.

Galeano es un histórico defensor de los derechos de los campesinos, indígenas y agricultores familiares para el uso de las semillas criollas. Al mismo tiempo, es muy crítico del control corporativo de las grandes empresas, con Bayer-Monsanto, Syngenta y Corteva como referencias. Participará de una mesa debate sobre las semillas, el rol de la ciencia y la propiedad intelectual.

"Este congreso tiene la particularidad de unir al sector de la academia con los movimientos sociales y con los afectados por el extractivismo. Y también la característica de denunciar a los responsables: corporaciones y gobiernos. Pero también muestra caminos y propuestas, como la agroecología y la soberanía alimentaria", afirma.

Fuente: Agencia Tierra Viva

Temas: Ciencia y conocimiento crítico, Comunicación y Educación, Salud

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