“En tiempos de crueldad hecha política el diálogo entre comunidades y los espacios académicos es fundamental” – Damián Verzeñassi
Entre el 10 y el 12 de junio en Rosario se va a realizar el 8vo Congreso Internacional de Salud Socioambiental, un espacio de encuentro y reflexión sostenido por el esfuerzo militante del Instituto de Salud Socioambiental (InSSA) que, desde Rosario, es un faro en la denuncia de las externalidades del modelo de agronegocios clavado sin democracia en nuestra pampa húmeda, y también un activo impulsor de espacios de debate y articulación para alumbrar alternativas a la sociedad que instala.
El Congreso es el encuentro de la Ciencia Digna, celebrando a Andrés Carrasco, y convocando a una diversidad enorme de personas y actores, que en distintos territorios (de Argentina y el mundo) buscan eso que llamamos (polisémicamente) Buen Vivir y estas dos palabritas juegan un rol ahí. Esta vez toca en un contexto de crueldad y desmantelamiento, de lógicas coloniales amplificadas y con narrativas tóxicas que ganan terreno en el sentido común, pero también de construcciones que siguen en pie, de balances urgentes y actualizaciones para las batallas materiales y simbólicas de este tiempo.
Aprovechando el encuentro “Alimentar Ciudades” organizado por el equipo que coordina Oscar Minteguía en el Ministerio de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires, conversamos con Damián Verzeñassi, coordinador del InSSa, sobre este congreso por venir, su contexto y otras iniciativas clave para hacer realidad la justicia social y ambiental que tanto necesitamos.

Antes de meternos en el 8vo Congreso de Salud Socioambiental que está por suceder, queríamos pedirte tu mirada sobre sobre el tiempo, sobre el contexto en el que este nuevo congreso se va a hacer.
En principio estamos transitando un tiempo donde la crueldad hecha política pretende naturalizarse. En ese sentido nosotros entendemos de convocar a discutir el rol de las ciencias ante la crisis civilizatoria, cuando esa crueldad hecha política también se manifiesta con una permanente o acción de hostigamiento, de desfinanciamiento y de desprestigio desde el gobierno nacional hacia el sistema tecno-científico, para nosotros es una forma de defender la Universidad Pública. Porque discutir qué rol han cumplido las ciencias hasta ahora en el desarrollo de la crisis civilizatoria, contrariamente a lo que algunos puedan pensar, no es debilitar o hacer leña de árbol caído, es identificar dónde están los errores que permiten que hoy se monten los que quieren destruir un sistema científico y tecnológico. Que si bien, es cierto que fue partícipe necesario en los procesos de avance del extractivismo en los territorios, también es cierto que tienen en sus mismas entrañas espacios de resistencia y espacios de construcción con otros paradigmas, con otras perspectivas. Entonces, en un contexto donde se desfinancia la producción de conocimiento científico académico para que eso solo quede en manos de las corporaciones al servicio de los intereses económicos y políticos de turno; en un contexto en el que, como nunca se atenta contra la universidad pública justamente porque es uno de los espacios más democráticos de las instituciones de nuestro país; y en un momento donde muchas comunidades hoy se saben víctimas de muchos procesos gestados en los espacios de producción de conocimiento, poner en discusión el rol de las ciencias para intentar habilitar un canal de diálogo entre las comunidades, los territorios y los espacios académicos para nosotros es fundamental.
Y también una nueva oleada extractivista, de profundización de un modelo que ya tiene historia en nuestros territorios ¿no?
Sin dudas nosotros estamos en lo que desde salud medioambiental hemos denominado la “geopolítica de la enfermedad”, que es esta estrategia geopolítica del norte global de transformar los territorios del sur global en descartables para que ellos puedan recuperar habitabilidad perdida en sus territorios a partir del avance de los modelos industriales y extractivistas. Es decir, el norte global, advertido después de la Segunda Guerra Mundial y después del proceso de industrialización que le permitió ganar en poder económico, financiero y militar, también se da cuenta del daño a la salud que eso ha generado en sus comunidades y en sus territorios, y decide recuperar la salud de sus territorios pero sin perder los beneficios económicos que le daban esos modelos de producción. Entonces dicen “¿Cuáles son los territorios que tienen todavía tierras fértiles para producir alimentos? ¿Cuáles son los territorios que tienen acceso al agua? ¿Qué lugares tienen bienes comunes y minerales que son necesarios para las transiciones que necesitan en el norte? Bueno, vamos a por ellos”. Como dijo alguna vez un jefe de asesores de los Estados Unidos, cuando dijo “Estados Unidos tiene que recuperar la propiedad sobre los recursos estratégicos que les pertenecen aunque estén en otros países de casualidad”. Toda una declaración de cuál es el objetivo que tienen, y ante esa situación nosotros tenemos la responsabilidad ética, política y también moral de advertirlo para frenar esos extractivismos como nunca. Una de las estrategias que tienen los extractivismo en nuestros territorios para avanzar es vaciarlos de comunidades y de personas; entonces pensar una ciencia acompañe los procesos de arraigo de las comunidades en sus territorios es también pensar una forma de defenderlos.
Y en este contexto viene este Congreso, que ya tiene ocho ediciones y donde además van a suceder una serie de otras actividades importantes como la reunión de la UCCSNAL etc. Contanos un poco qué están esperando para esta nueva edición.
Este es el 8vo Congreso Internacional de Salud Socioambiental que se hace cada dos años de manera ininterrumpida desde el 2011, lo cual no es sencillo pero también es parte de nuestro compromiso. Es un espacio en el que se logró dar nacimiento en el año 2015, el 16 de junio de 2015 a la Unión de Científicxs Comprometidxs con la Sociedad y la Naturaleza de América Latina (UCCSNAL) el 16 de junio, día de nacimiento de Andrés Carrasco, día que nosotros proponemos como el Día de la Ciencia Digna. Nace en el 2015 esta UCCSNAL que cumple 10 años este año, y por eso también la importancia de poner en discusión el rol de las ciencias. Una unión de científicos que, además, hizo nacer una revista científica como Ciencia Digna, donde se publican trabajos producidos desde saberes tecnocientíficos, pero también desde las comunidades en cuanto a conocimientos, a praxis de cuidados y desarrollos tecnológicos también al servicio de la vida. Un congreso que además ha permitido desde hace cuatro ediciones dialogar con las Redes de Acción contra la Resistencia Bacteriana para reconocer la importancia de recuperar la visión de la madre tierra como el territorio al que pertenecemos, y por lo tanto reconocer que la salud de la madre tierra es una sola salud y es la salud que tenemos que cuidar, y por eso se hace acá el 4to Encuentro Intercontinental Madre Tierra en Una Sola Salud, y que además nuclea a una diversidad de actores, que trabajamos en una gran diversidad de temáticas y disciplinas justamente para poner en evidencia que necesitamos romper con las miradas disciplinares y animarnos a trabajar transdisciplinarmente en la construcción de saberes colectivos.

Contanos cómo se van a desarrollar las jornadas y qué más va a haber en ellas
El congreso empieza el 10 de junio y termina el 12 de junio , es martes, miércoles y jueves; se va a trabajar desde las 9 am hasta las 20 hs con mesas redondas, presentación de trabajos científicos, presentación de experiencias territoriales, presentación de expresiones artísticas vinculadas al cuidado de las algunos territorios. Se va a trabajar también con espacios de diálogo e intercambios libres para que las y los que asistamos podamos encontrarnos porque el objetivo del congreso es favorecer los diálogos entre movimientos sociales, espacios tecnocientíficos, académicos, decisores políticos para construir agendas colectivas y en común.
Es un congreso que va a permitir también presentar el 4to número de la Revista Ciencia Digna, que se publica a partir del congreso en junio de este año. Es un congreso donde va a haber una comunicación en directo con el presidente del Tribunal Permanente de los Pueblos, Gianni Tognoni, que desde Roma va a recibir la petición de la Red de Semillas Latinoamericanas para que el Tribunal Permanente de los Pueblos acepte avanzar en un juicio contra las corporaciones apropiadoras de las semillas a nivel global. Un congreso que además va a permitir presentar por primera vez el resultado de trabajos que han puesto en evidencia el impacto de la ecotoxicología sobre nuestros cuerpos y que, fundamentalmente, nos va a permitir reencontrarnos físicamente en un momento en el que todo transcurre con tanta virtualización. Nosotros decimos que cuanta más presencialidad, más abrazos físicos y más apretones de mano mirándonos a los ojos tengemos más posibilidades de construir una realidad diferente.
El congreso se hace con el aporte de cada unx de lxs que se inscriben, y también de algunas otras organizaciones que nos ayudan a que los invitados puedan llegar hasta Rosario: la Universidad pública nos recibe y abre sus puertas (ni más ni menos), el Colegio de Médicos de Rosario es uno de los coorganizadores, con lo cual hay una apertura de los médicos y médicas institucionalizados de Rosario, hay más de 20 organizaciones socioambientales, académicas, científicas que están acompañando a la organización; hemos logrado la declaración de interés del Congreso por el Concejo Deliberante de Rosario, de la Universidad y de la propia Facultad, entonces nos parece que esas diversidades nos van a ayudar a a encontrarnos. Un día antes (el 9/6) hay una serie de actividades pre-congreso que incluyen un seminario internacional sobre transgénicos en América Latina, la presentación de una sitio web que se llama Mancha Venenosa donde hay materiales audiovisuales que exponen el daño que sufren maestras, maestros y niñas y niños de las escuelas rurales de nuestra región agroindustrial a partir de los modelos veneno-dependientes que se ha instalado en la región, donde va a haber talleres sobre resistencia bacteriana, donde va a haber una reunión de la Red TECLA, una red latinoamericana para analizar las tecnologías y el impacto de las tecnologías en nuestro cuerpo y territorio, y la reunión presencial de la UCCSNAL a diez años de su creación.

Bien, ahí estaremos. Ahora quería pedirte brevemente unas palabras sobre dos iniciativas que están transcurriendo casi en paralelo y donde el InSSA participa activamente. Una es el espacio santafecino o rosarino de esta idea de “Alimentar Ciudades”; y después sabemos que Santa Fe se apresta a discutir su próxima constitución provincial y en medio un grupo importante de organizaciones están planteando una “Constituyente Ambiental”.
En principio, nosotros entendemos que no es posible pretender tener salud en territorios enfermos; que para tener salud necesitamos alimentarnos, y para que el alimento sea saludable y para que haya territorio saludable, necesitamos modelos de producción que no contaminen, y para eso hace falta política pública. Además, en nuestro país el 95% vivimos en ciudades, y la pregunta es ¿quién produce y garantiza el alimento para ese 95% que vivimos en ciudades, si las ciudades hoy no tienen capacidad territorial de producir el alimento para ese volumen de personas? Entonces para nosotros poner en discusión quién, dónde, cómo se produce el alimento que necesitamos es clave como política pública, y como política de organización social para pensar qué tipo de sociedad queremos ser: una sociedad enferma, dependiente, o una sociedad saludable, libre y soberana y autónoma para poder avanzar en prácticas de cuidado colectivo. Entonces empezamos el año pasado un ciclo de naturalizar las ciudades, un ciclo que arrancó con un encuentro sobre cómo alimentar las ciudades. Ese encuentro dio origen a otro movimiento de alimentar las ciudades para tener sociedades saludables, y desde esos encuentros nos encontramos con compañerxs en la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos que estaban pensando y haciendo cosas similares. Para nosotros es un elemento clave si queremos avanzar en la construcción de sociedades que sean capaces de definir autónomamente cómo garantizar sus ciclos vitales.
Y en paralelo, porque nos vamos cruzando (risas) es que nosotros entendemos que los ordenamientos jurídicos que se dan en los Estados, nación y provinciales, y que hoy constituyen la base de organizativa política de nuestro país tienen que animarse a incluir una perspectiva ecosocial; en un contexto de crisis civilizatoria, transitada ya la primera 4ta parte del siglo XXI, donde no hay posibilidad de negar lo que significa el daño de los territorios y su impacto en nuestras vidas. Eso no se puede hacer desde un solo sector. Entonces, convocamos a una gran cantidad de organizaciones socioambientales, académicas, de movimientos sociales, algunas con vínculos con los estados, para que pensemos juntos: cuáles son con vínculos con los estados, cuáles son los elementos o los puntos que no deberían faltar en una constitución provincial en estos contextos de crisis. Además en Argentina del RIGI (“Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones”) que se instaló desde el gobierno nacional y el parlamento nacional como una espada de Damocles sobre los los pueblos a nuestros territorios, porque entre otras cosas se establece que no hay ninguna ley provincial que pueda oponerse o generar un impedimento para que el RIGI avance. Y lo cierto es que por la ley del RIGI, todos los insumos que requieran estas grandes inversiones son prioridad, y las grandes inversiones que vienen todas vinculadas a los extractivismos son agua-dependientes y energía-dependientes. Eso significa que pasan agua y energía como insumo, que pasan a ser propiedad de las corporaciones y no de los pueblos.
Bueno, en ese contexto ¿Podemos darnos el lujo de no tener incorporado en las constituciones provinciales el acceso al agua segura y de calidad, el acceso a la energía, y el acceso a los alimentos como derechos básicos? ¿Podemos darnos el lujo de no incorporar a nuestras constituciones provinciales el derecho al ambiente saludable con una perspectiva ecosocial y ecocéntrica? ¿Podemos darnos el lujo de seguir creyendo que la discusión de una reforma de constitución tiene que ser sobre cuánto tiempo puedo reelegirme en un cargo o en otro, y no sobre cómo garantizamos marcos institucionales que permitan habitabilidad en los territorios? Nosotros entendemos que no. Por eso hemos convocado una Constituyente Ecosocial que se está desarrollando en distintos encuentros de diálogo, de debate, a lo largo y ancho de la provincia de Santa Fe, motorizada por movimientos socioambientales y espacios académicos que tenemos en estas perspectivas, convocando a quienes hayan resultado electos con convencionales constituyentes a que dialoguemos, no a que nos peleemos, sino que dialoguemos para ver qué de todo esto podemos incorporar al nuevo texto constitucional. Es un desafío, pero si quienes fueron capaces de construir hace 215 años el incipiente intento de nación independiente hubiesen pensado que era muy difícil y por eso no lo intentaban, hoy seguiríamos siendo (no solamente en la práctica, sino también en los papeles) una colonia. Creemos que ahí hay pequeñas hendijas por donde podemos meternos, y nunca nos tenemos que olvidarnos que las represas más duras de la historia han reventado a partir de una pequeña fisura.
Fuente: Huerquen