México es la sede del VIII Congreso de la CLOC -Vía Campesina
El VIII Congreso Continental de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo, CLOC‑Vía Campesina, que se desarrolló en México entre el 1 y 10 de diciembre de 2025 —con actividades en Ciudad de México y en Oaxtepec, Morelos— reunió a decenas de organizaciones campesinas, indígenas, afrodescendientes y de pueblos originarios de América Latina, junto con sus jóvenes, mujeres y diversidades.
Su convocatoria parte del contexto actual de múltiples crisis interrelacionadas —climática, alimentaria, social, política—, y define como eje central la Soberanía Alimentaria: la defensa de una agricultura campesina agroecológica, respetuosa de saberes ancestrales, capaz de producir alimentos sanos, nutritivos y accesibles para los pueblos, frente al agronegocio, el extractivismo y la especulación comercial.
El Congreso buscó articular una agenda común que trascienda lo productivo: combina reivindicaciones de tierra, agua y territorio; justicia social; derechos de mujeres, jóvenes y diversidades; y una clara denuncia al patriarcado, el racismo, el capitalismo extractivista y las influencias imperialistas en la región.
En ese marco, se realizaron también —como parte del programa— la I Asamblea Continental de Diversidades de la CLOC‑Vía Campesina, la VI Asamblea Continental de Jóvenes de la CLOC‑Vía Campesina y la VII Asamblea Continental de Mujeres de la CLOC‑Vía Campesina, espacios destinados a fortalecer la participación política de grupos históricamente marginalizados dentro del campesinado.
Entre los primeros resultados, han ingresado 10 nuevas organizaciones a la estructura continental de la CLOC, incluyendo cuatro de México, lo que expande su representación a 96 organizaciones de 21 países. Asimismo, se declaró —entre las consignas del Congreso— la necesidad urgente de excluir los granos básicos de los tratados de libre comercio, para preservar la producción nacional frente a prácticas especulativas y desigualdades estructurales. También se comprometieron a difundir desde cada territorio las conclusiones y acuerdos del Congreso, reforzando la articulación continental como una estrategia colectiva para enfrentar los desafíos comunes.
Este VIII Congreso marca un momento clave de reconfiguración del movimiento campesino latinoamericano: replantea la soberanía alimentaria no solo como una causa productiva, sino como una bandera política, social y cultural que une al campesinado con pueblos indígenas, afrodescendientes, jóvenes, mujeres y diversidades. Es una apuesta colectiva por la dignidad, la tierra, la memoria ancestral, la justicia social y la conservación de la vida en los territorios frente a los embates del capital, la crisis ecológica y la homogeneización global.
Fuente: La Vía Campesina

