México: Zapatistas frenan intentos de arqueólogo de privatizar la zona de Toniná, Chiapas

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País México

La pirámide de Toniná, cada día más célebre, podría estar en venta. Si esto no ha ocurrido es porque los dueños legítimos de las tierras circundantes son comunidades y ranchos de bases de apoyo zapatistas.

En el museo de sitio, a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y ubicado en las afueras de la zona arqueológica, hasta hace unos días podía leerse en letras azules sobre una manta blanca: “‘Nadie nos intimida ni nadie nos detendrá’: Felipe Calderón, nuestro único jefe”.

¿A quién se dirigía el letrero? ¿A los trabajadores sindicalizados del INAH en ésta y otras zonas arqueológicas de Chiapas que demandan la renuncia de las autoridades del instituto en la entidad, empezando por el delegado Emiliano Gallaga Murrieta? ¿A la junta de buen gobierno (JBG) de La Garrucha, que ha denunciado al arqueólogo Juan Yadeum por abusos e intentos de despojo de tierras propiedad de bases de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) colindantes con la pirámide de Toniná?

Impugnada también por los trabajadores del INAH, la directora de dicho museo, Julisa Camacho, antes fue administradora de la zona arqueológica de Palenque, y se le vinculó con el boyante negocio del ambulantaje.

El pasado 22 de enero, la JBG exigió su renuncia y la de Yadeum, responsable /de facto/ del sitio arqueológico. No están cuidando, sino que es todo lo contrario; provocan problemas sin respetar al dueño de la propiedad, expresaron las autoridades autónomas.

Advirtieron que de no respetarse los derechos de los propietarios de dos predios de bases de apoyo del EZLN del municipio autónomo Francisco Gómez colindantes con la pirámide, la JBG tomará la responsabilidad y la administración de la ruina, haciendo valer el derecho como señale la ley, pues no queremos invasores dentro de la propiedad de una base de apoyo zapatista. Los terrenos afectados pertenecen a Alfonso Cruz Espinosa y Benjamín Martínez Ruiz.

En su cruzada para apropiarse de Toniná, el arqueólogo Yadeum ha destruido un cafetal de Alfonso Cruz, dejando caer millares de rocas desde lo alto de la pirámide, para construirse una cabaña más abajo, en un pequeño predio que ya adquirió.

Ya en 2002 arrasó 800 matas de café y 2 mil árboles de plátano de Cruz Espinosa.

En un recorrido por el lapidado cafetal, /La Jornada/ pudo apreciar nuevas obras en la parte posterior del prodigioso conjunto. Yadeum dirige la construcción de una base de la pirámide que no existe, pues el conjunto está empotrado en un promontorio a orillas del valle de Ocosingo, lo que le proporciona su calidad escenográfica, y su considerable altura.

Según Cruz Espinosa, vecino del sitio de Toniná toda su vida, con esta obra Yadeum pretende hacer la pirámide más grande de Mesoamérica.
No queda clara la autenticidad, pero pueden preverse el potencial turístico de una gran pirámide con espectáculos, la justificación de infraestructura hotelera para visitantes de alto poder adquisitivo y algún récord Guiness.

Toniná, ciudad maya dedicada al inframundo, que derrotaría a los reinos de Palenque y Pomoná y que sobreviviría por un tiempo al colapso generalizado del llamado clásico maya, posee un aura /dark/, y hasta /spookie/. Profusión de decapitados, miembros arrancados, calaveras tenebrosas, representación de torturas. Lugar del señor Tzotz Choj, deidad del cuarto sol de la muerte. También fue la única ciudad clásica que volvió a ser poblada por campesinos que la sequearon y removieron para sus milpas.

El primer registro del centro data del año 593, y si bien se colapsó hacia el siglo noveno, Toniná estuvo habitada mil años. Los pasados 500 fue campo de labranza, y sus restos sirvieron de abono y piedras hasta el arribo al valle de Ocosingo de los primeros conquistadores españoles.

La identificación más temprana fue de fray Jacinto Garrido, en 1638. Hacia 1841 la visitaron y describieron John Loyd Stephen y Frederick Caltherwood, los infatigables viajeros ingleses del pasado maya. En 1926 llegó el antropólogo suizo Franz Blom, pero sus intereses científicos apuntaban en otra dirección y no trabajó en ella mucho tiempo.

En 1972 se estableció la primera expedición arqueológica, a cargo de los franceses Pierre Becquelin y Claude Baudez. Se fueron hacia 1980, cuando Yadeum y Toniná cruzaron sus destinos.

Persistiendo sexenios presidenciales, numerosos gobernadores chiapanecos, directivos del INAH y hasta el paso de los vientos de la historia, Yadeum vive en la pirámide, y naturalmente ha vivido de ella, tomándose ciertas libertades, como electrificar su cúspide y hasta edificarse allí una cabaña.

Ahora que el futuro se dice promisorio para el turismo de alto nivel, Yadeum ya apuntó el sitio en la lista de atractivos para los inversionistas.
Aquí y en Palenque se planea instalar espectáculos de luz y sonido como el que se impone inexorablemente en San Juan Teotihuacán. En pocas palabras, y con la bendición de los gobiernos federal, estatal y municipal, Toniná está en venta.

Fuente: La Jornada

Temas: Privatización de la naturaleza y la vida

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