¿Nuevos elefantes blancos en África?

Idioma Español
País África

La  tercera cumbre africana para el financiamiento al desarrollo de infraestructuras tendrá lugar en Luanda del 28 al 31 de octubre de 2025. De acuerdo a  Africa Intelligence, busca movilizar capital de África y otros lados para fortalecer la estrategia de corredores y potenciar la inversión en infraestructura, incluida la tecnología, para incrementar el comercio dentro del  AfCFTA (Área Continental Africana de Libre Comercio)

El foco, puesto en los proyectos de infraestructura transfronterizos en África, se centrará particularmente en los corredores de alto impacto, como el Corredor Lobito, el proyecto de  Transporte Puerto de Lamu-Sudán del Sur-Etiopía (LAPSSET, por sus siglas en inglés), y la  autopista Abidjan-Lagos. Los actores clave en la cumbre incluyen a dirigentes africanos, instituciones multilaterales e inversionistas extranjeros.

El evento, co-organizado por la Unión Africana, la Agencia para el Desarrollo de la Unión Africana-NEPAD ( AUDA-NEPAD) y Angola, busca servir de puente por el vacío que anualmente tiene el continente en cuanto al financiamiento de infraestructura, algo que se calcula en 130 mil-170 mil millones de dólares, muy por encima de los compromisos actuales que son apenas de 80 mil millones. Con este fin, su foco es movilizar recursos financieros a través de instrumentos africanos como la Alianza Africana de Instituciones Financieras Multilaterales (que recibe apoyo del Afreximbank y la Corporación Financiera de Africa), instituciones financieras regionales, fondos de pensiones, y fondos soberanos de inversión en el continente, además de solicitar la intervención de inversionistas privados.

Las entidades financieras no africanas contemplan a las instituciones occidentales como el Banco Mundial, el FMI y Blackstone, pero incluyen a entidades alineadas con el BRICS como el China Eximbank, el Saudi Fund, y los fondos soberanos de inversión de Abu Dhabi. En consecuencia, es probable que la cumbre refleje los intereses geopolíticos divergentes que se juegan en el campo de la infraestructura africana.

El Corredor Lobito ejemplifica esta dinámica de competencia por los recursos estratégicos. Este proyecto de vías e infraestructura busca conectar el puerto de Lobito en Angola con las áreas ricas en minerales de la República Democrática del Congo y Zambia, con el fin de exportar minerales cruciales a Estados Unidos y Europa. Esto incluye proyectos de telecomunicaciones, energía y  agronegocios. De su parte, China está tendiendo otra vía férrea que conecte Tanzania y Zambia.

El Corredor Lobito fue  impulsado por el gobierno estadounidense con el entonces presidente Joe Biden, quien comprometió 553 millones de dólares en 2024. El proyecto fue  apoyado también por el Banco Africano de Desarrollo, y por compañías europeas como la comercializadora suiza Trafigura, así como también por la Comisión Europea y por el gobierno italiano de extrema derecha bajo el Plan Mattei. En abril de 2025, Trump comprometió  224 mil millones de dólares  a este corredor, un proyecto que tal vez ya estaba en su radar cuando respaldó el  acuerdo de paz entre la República Democrática del Congo y Rwanda. Pero en julio de 2025, en vista de las interrupciones y demoras, se levantaron dudas de qué tan real era el respaldo estadounidense a esta iniciativa.

Es importante preguntarnos si estos proyectos realmente sirven. Los megaproyectos de infraestructura impuestos desde arriba con frecuencia no son capaces de brindar los beneficios para los que fueron promovidos. Con frecuencia  colapsan y terminan provocando una deuda colosal para los países donde se construyen. También contribuyen al desplazamiento de las comunidades locales y a la profunda transformación de las economías locales en favor de las exportaciones. Es común que quienes se quedan con las ganancias son las corporaciones.

Fuente: Bilaterals

Temas: Megaproyectos, Planes de infraestructura regional

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