Shipibos llegaron a Lima para visibilizar el drama de sus comunidades

Idioma Español
País Perú
Plantón realizado por líderes shipibo-konibo ante el Tribunal Constitucional el martes 28 de setiembre. Foto: MOCICC/Twitter

Servindi conversó con los apus de Santa Clara de Uchunya y Flor de Ucayali, dos comunidades nativas de la región Ucayali que enfrentan la invasión de sus territorios.

Cansados de las amenazas que sufren, una delegación de líderes shipibo-konibo de Ucayali llegó hasta Lima para visibilizar el drama que viven en sus comunidades, en la Amazonía peruana.

Los apus de Santa Clara de Uchunya y Flor de Ucayali, dos comunidades que sufren la invasión de sus territorios desde hace años, conversaron con Servindi sobre sus problemáticas.

Aunque cada una mantiene un drama particular, sus historias se entrelazan cuando hablan del Estado: uno ausente y lento que hasta ahora no ha podido detener la violencia que viven día a día.

Santa Clara de Uchunya: a la espera de un fallo

Santa Clara de Uchunya es una comunidad nativa ubicada en el distrito de Nueva Requena, provincia de Coronel Portillo, a 40 kilómetros de Pucallpa, capital de la región Ucayali.

Esta comunidad indígena, reconocida como tal por el Ministerio de Cultura, mantiene un conflicto con Ocho Sur P, compañía de palma aceitera del Grupo Ocho Sur que llegó a la comunidad por el año 2012.

Desde la llegada de la empresa, la comunidad ha denunciado el arrebato de sus tierras y constantes agresiones y hostigamiento por parte de trabajadores y traficantes ligados a esta compañía.

En ese contexto, ingresaron una acción de amparo ante el Tribunal Constitucional (TC) solicitando se les reconozca la ampliación de sus territorios, hoy ocupados por el Grupo Ocho Sur.

Se trata del expediente N° 3696-2017 que desde el 2018 el TC tiene pendiente resolver.

En su demanda, la comunidad  pide dejar sin efecto los contratos de compraventa celebrados por traficantes de tierras y la empresa de palma que arrasó con sus bosques.

Y que las 7.000 hectáreas deforestadas, sean liberadas y eventualmente restituidas a favor de la comunidad.

Ante la demora en la respuesta del TC, la delegación de indígenas shipibo-konibo realizó un plantón frente al local de la entidad en Lima, la mañana del martes 28 de setiembre.

“Lo que estamos exigiendo al Tribunal Constitucional es que se pronuncie. Han pasado casi 5 años y aún no atienden nuestra demanda”, dice a Servindi, Efer Silvano Soria, jefe de la comunidad.

El líder indígena cuenta que, antes de llegada de la compañía, la vida en la comunidad era tranquila y mantenían una relación muy estrecha con la naturaleza que hoy se ve amenazada.

“Desde que ingresaron, ya venimos con muchos problemas: escasez de alimentos, amenazas, hostigamientos e incluso algunos líderes han sido baleados”, relata Efer Silvano.

A la fecha, añade, hay al menos 5 personas en la comunidad que cuentan con garantías personales debido a las amenazas que sufren.  Pide que las autoridades se pronuncien ya.

Flor de Ucayali: un territorio delimitado, pero sin protección

La situación en Flor de Ucayali, comunidad ubicada en el distrito de Masisea, provincia de Coronel Portillo, región Ucayali, es un tanto distinta.

Esta comunidad, que cuenta con 120 habitantes indígenas distribuidos en 49 familias, sí tiene delimitado su territorio, un área de 21,290 hectáreas, pero este espacio no es respetado.

“Aproximadamente 2.500 hectáreas han sido invadidas por cocaleros desde hace 10 años”, cuenta el apu Clever Guimaraes, jefe de la comunidad desde hace cinco meses.

Guimaraes recuerda que en ocasiones han invitado pacíficamente a estos colonos a retirarse de sus territorios; sin embargo, señala que no les hacen caso o solo se relevan entre ellos.

“Ellos salen, pero vendiendo las chacras que están en nuestros territorios a otras personas. Entonces, salen unos, pero entran otras personas”, dice.

Esta situación, comenta, los llevó a presentar una denuncia ante la fiscalía ambiental de Ucayali en 2019, que luego pasó a Lima y dio pase a una orden de intervención en la comunidad.

Dicha intervención, que se realizó en junio de este año, lejos de alejar a los invasores de la comunidad, ha acrecentado su presencia y sobre todo las amenazas contra los líderes.

“Pensábamos que con el temor [de la intervención] iban a irse, pero no fue así. Ahora han entrado con más fuerza y más gente y están buscando a los dirigentes, apus”, dice Guimaraes.

El jefe de Flor de Ucayali señala que está en Lima para pedir garantías del Estado a favor de los comuneros, autoridades y las familias de su comunidad ante las amenazas.

Además, también pedirá que se desarrollen proyectos productivos en la comunidad para limitar así el ingreso de personas de otros lugares, añade.

“Ya prácticamente estamos perdiendo nuestros bosques y si no hacemos nada, vamos a perder todo. Por eso, seguiremos denunciando pese a las amenazas, pero queremos que el Estado actúe rápido”, indica.

La delegación de líderes shipibo-konibo de Ucayali permanecerá en Lima hasta el domingo 2 de octubre para mantener reuniones con autoridades del Ejecutivo y otras instituciones.

Fuente: Servindi

Temas: Pueblos indígenas, Tierra, territorio y bienes comunes

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