Brasil pierde valores incalculables con biopiratería
13.febrero/2004 - Brasil ? Adital* ? La mayor biodiversidad mundial se encuentra en los ecosistemas brasileros, como los consagrados biomas de la Amazonía, Mata Atlántica, Pantanal y los relativamente poco conocidos del Monte Cerrado y la Caatinga.
Esto torna al país en blanco principal de la biopiratería, realizada por científicos que usan la elevada especialización que poseen, para identificar y robar especies y principios activos de alto valor en el mercado de la biotecnología. Por ejemplo, un gramo de veneno de surucucú cuesta US$ 20 mil, mientras que un litro de petróleo vale U$S 1.
Los piratas de chaleco blanco no avanzan en terreno completamente desconocido. En la mayoría de los casos, el descubrimiento de las aplicaciones medicinales y de la manera de extraer los componentes farmacéuticos de materiales naturales, proviene del trabajo colectivo de pueblos indígenas. "Una de las facetas más crueles de ese proceso es el aprovechamiento de conocimiento de las comunidades nativas sin beneficio para ellas", argumenta el investigador de la Fundación Ezequiel Dias (MG), Marcelo Diniz.
El funcionario del Ministerio de Medio Ambiente brasilero (MMA), João Paulo Ribeiro Capobianco, cuenta un ejemplo bastante frecuente de este tipo de pillaje. El químico británico Conrad Gorinski convivió con indios Wapixanis, en Roraima, durante 17 años. Aprendió los principios activos de plantas y volvió a Europa. Patentó esos principios y los indios que le enseñaron nada vieron de la producción de esos medicamentos. "Lo que ocurre en Brasil es absolutamente lamentable. Corremos el riesgo de perder el derecho al uso de nuestra biodiversidad", dijo.
Él afirma además, que la biodiversidad nacional es un tesoro que el país no consigue cuantificar y, por eso, tampoco se sabe específicamente qué es extraído ilegalmente del país. Según fuentes del gobierno brasilero, las más recientes adquisiciones de la biopiratería en el territorio brasilero, legalizadas a través del registro internacional de patentes, son: quebra-pedra (Hepatitis B) y el guaraná (elemento anticoagulante), para centros de investigación estadounidenses; la espinheira santa (antinflamatorio) y la muirapuama (afrodisíaco), para laboratorios japoneses.
Joyas microscópicas en el bolsillo
Otra forma de biopiratería, de técnica más simple, consiste simplemente en colocar en el equipaje, o hasta en el bolsillo, microorganismos exclusivos de un lugar, como hongos. Para ejemplificar esa facilidad, el profesor del Departamento de Fitopatología de la Universidad de Brasilia (UnB) José Carmine Dianese cuenta el caso de la Ciclosporina, medicamento utilizado después de los transplantes de órganos para evitar el rechazo. Un científico de un laboratorio internacional, de vacaciones en Finlandia, recolectó un hongo y lo llevó de vuelta al trabajo para su cultivo. Resultado: un rendimiento de más de U$S 1 mil millones por año para el laboratorio.
Casos así son comunes en la ciencia, cuenta el investigador de la UnB. Esto porque las patentes cercenan el uso de los descubrimientos y de las investigaciones científicas, y que las presiones de industrias farmacéuticas, por ejemplo, dificultan todavía más la acción de los investigadores locales.
Dianese, que también es especialista en hongos, explica que el control sobre la biodiversidad sólo puede ser ejercido basado en el conocimiento científico propio. Él mismo fue sondeado más de una vez por laboratorios que querían "colaborar" con sus estudios. ?Ellos querían tener acceso a nuestros hongos, se dispusieron hasta para pagar royalties por futuros productos, pero no aceptaron mi exigencia de instalar el laboratorio aquí en la universidad. Sin transferencia de tecnología, no veríamos beneficio alguno de ese intercambio", alerta.
Mientras tanto, hay quienes consideran que la amenaza pirata no viene sólo del extranjero. Hoy, día 13, el colegiado reunido en la VII Convención sobre Diversidad Biológica en Kuala Lumpur, Malasia, concedió al presidente brasilero Luis Inácio Lula da Silva el premio Capitán Gancho, en virtud del deprecio para con las políticas de conservación de la biodiversidad, por autorizar la siembra de soja transgénica. Hay el riesgo de amenaza al Cerrado y la Amazonía con la plantación extensiva de Organismos Genéticamente Modificados (OGMs).
Otro factor de peso que contribuye para que Lula haya sido agraciado con el Capitán Gancho, fue el hecho de haberse posicionado a favor de pruebas con los GURTS (sigla en inglés para Tecnologías de Uso Genético Restricto), rechazadas por ONGs y movimientos indígenas, por los impactos que pueden provocar sobre la agro-biodiversidad y las comunidades tradicionales.
* Con informaciones de Ambiente Brasil y Noticias Socio-ambientales.
Fuente: ADITAL, 13-2-04