Colombianos se sienten como "cucarachas" alcanzados por las fumigaciones
Los colombianos se sienten como "cucarachas fumigadas" debido a las aplicaciones de glifosato para destruir cocales según las metas del Plan Colombia, afirma el Movimiento Mama Coca, que lidera otras organizaciones sociales del país en una petición a entidades internacionales como las Naciones Unidas pidiendo el fin de las fumigaciones
20.enero/2004 - Colombia ? Adital ? La retomada de la campaña en contra las fumigaciones ocurre en el marco de la aprobación por el congreso estadounidense de recursos adicionales para las aplicaciones, que deben incluso atingir reservas ambientales del país. También para estos días se dará a conocer el resultado de la apelación hecha por el gobierno contra el fallo del Tribunal de Cundinamarca de suspender temporalmente las fumigaciones a la espera de estudios científicos y el cumplimiento del Plan de Manejo Ambiental. Hasta ahora el presidente Uribe desacata el principio de la precaución exigido por el Tribunal manteniendo el permiso para las fumigaciones.
Además, en 2004 se cumplen 25 años de fumigaciones aéreas en Colombia. Las primeras han sido dirigidas a la Sierra Nevada de Santa Marta en contra de los plantíos de marihuana en 1978 y, como previsto, los cultivos se trasladaron. Entre otras, hacia Estados Unidos, donde la fumigación aérea con químicos para acabar con la marihuana fue rápidamente abandonada.
La Defensoría del Pueblo de Colombia ha registrado entre 1999 Y 2003 en sólo el Guaviare, Putumayo y Caquetá más de 8.000 quejas de ciudadanos perjudicados por las fumigaciones. Tanto la Defensoría del Pueblo de Colombia como la Controladoría han prevenido al gobierno sobre la irresponsabilidad, dudosa eficacia e ilegalidad de esta medida. Las fumigaciones alcanzan cocales, vegetación y el entorno ambiental de éstos, además de los otros cultivos cercanos, provocando el desplazamiento de los campesinos.
Las consecuencias de las fumigaciones con el veneno glifosato para la salud total de la población y futuras generaciones permanecen todavía sin ser mensuradas. Sin embargo, aunque sin evidencia, Sabas Pretel de la Vega, ministro del Interior de Colombia, ha declarado en reciente entrevista al periódico El Tiempo que "no es cierto que las fumigaciones afecten la salud humana o perjudiquen cultivos diferentes a los ilegales".
Para el movimiento en contra las fumigaciones, la medida además de nociva es ineficaz porque los cocales son trasladados para otros sitios y de las 4 cosechas anuales de la hoja, en muchos lugares se ha pasado para hasta 6 a fin de compensar las pérdidas. "Pero si bien esta práctica no es nueva en Colombia, nunca antes se había construido tal cúmulo de falacias para intentar justificarla", afirman.
Una de estas falacias, según el movimiento, sería la evaluación ampliamente divulgada de que en el año 2003, debido a la destrucción de las hectáreas sembradas en coca y en amapola, más los decomisos de drogas ilícitas (70 toneladas incautadas), se sacaron del mercado mundial cerca de 180 mil millones de dólares que habrían enriquecido más a los narcotraficantes y financiado más al terrorismo, implicando en la disminución de las exportaciones y, por consecuencia, en la producción. Un mayor número de toneladas incautadas no significa una reducción en las exportaciones, pues lo incautado constituye un porcentaje determinado de lo que se exporta. Así, mayor cantidad de incautaciones significa en realidad que ha ocurrido un incremento correspondiente en la circulación de la droga.
ADITAL, Internet, 20-1-04