Silvia Ribeiro

"Se presenta como pago o reconocimiento por algo que las comunidades ya están haciendo: por el cuidado del ambiente, las cuencas, los bosques, la biodiversidad. Les prometen recursos económicos que necesitan, por la situación de empobrecimiento en que los han colocado siglos de colonialismo y de políticas de los mismos gobiernos que ahora les ofrecen este "pago". El requisito es que acepten que el manejo del territorio lo puedan decidir instituciones externas a los pueblos, ejidos y comunidades"

Servicios ambientales y pueblos indios

El 29 de junio de 2005, el Wall Street Journal (WSJ) informó que Craig Venter -famoso genetista que compitió como agente privado en la secuenciación del genoma humano y trató de patentar a su favor miles de genes del cerebro humano- acaba de fundar la empresa Synthetic Genomics Inc para crear vida artificial. No transgénicos, insertando nuevos genes en organismos ya existentes, sino formas de vida totalmente artificiales, construyéndolas desde cero

Vida artificial y biopiratería

La genómica está de moda. No porque vaya a resolver los problemas de salud de la gran mayoría de la gente -provocados fundamentalmente por la mala alimentación, falta de agua limpia y otros factores producto de la explotación y marginación que viven y no por sus genes- sino por las enormes ganancias que las trasnacionales farmacéuticas esperan conseguir al patentar nuevas drogas derivadas de la "farmacogenómica" (drogas diseñadas según la composición genética de los pacientes)

La biopiratería humana como espectáculo

El pasado 22 de mayo, el diario The Independent informó sobre un estudio secreto de Monsanto que mostraba que un grupo de ratas alimentadas con maíz transgénico de esa multinacional sufrió cambios en órganos internos y en la sangre. En México, la Secretaría de Salud (Ssa) aprobó este maíz para consumo humano desde 2003

Las ratas de Monsanto

Sin discusión, igual que con la ley Monsanto de "bioinseguridad", la Cámara de Senadores aprobó el 27 y 28 de abril pasado dos leyes que instrumentan la privatización de los recursos genéticos de México y la concesión de patentes sobre conocimientos indígenas. El abuso de los términos parece ser el uso y costumbre de los legisladores: todo es en nombre del "desarrollo sustentable" (¿de las trasnacionales será?) y el "progreso", en particular de las comunidades campesinas y pueblos indios, paradójicamente los que más sufren el impacto de estas leyes

México: el Senado abre coto de caza para los biopiratas

América Latina es el continente de mayor injusticia en el uso y acceso al agua. Según Maude Barlow, activista canadiense y referencia mundial en el tema, aunque tenemos el mayor volumen de agua dulce per cápita, con 20 por ciento del total mundial, la población del continente sólo accede a uno por ciento

Las caras de la privatización del agua

El 21 de marzo pasado, la revista Nature reveló que la trasnacional Syngenta estuvo vendiendo por más de cuatro años una variedad de maíz transgénico que nunca fue aprobada por ninguna de las autoridades regulatorias de Estados Unidos

Democracia transgénica

El problema del agua dulce no es que no alcance para la población mundial -al igual que la producción de alimentos, es suficiente para abastecernos a todos-, sino su injusto acceso y distribución, su acelerada contaminación y su despilfarro. El 70 por ciento del agua dulce disponible globalmente es utilizado en la agricultura industrial y 15 por ciento en otras industrias. Que a su vez son los responsables de la mayor y peor contaminación, debido a la filtración de agrotóxicos, la salinización de aguas y la contaminación industrial

Agua, trasnacionales y nanotecnología