Ramón Vera Herrera

“Retomada Mbya Guaraní de las tierras de Arado Velho en Belem Novo, Porto Alegre, Brasil” | Dani Eizirik

Hoy, los pueblos, las comunidades, los colectivos indígenas-campesinos, pero también los colectivos urbanos de barriadas y favelas, la gente atrapada en los campos de jornal, en los invernaderos en condiciones de semiesclavitud, en las maquilas o las fábricas, van sabiendo más y más que para romper los cercos hay que reivindicar la construcción propia de los saberes, el impulso a nuestro tejido común de saberes no certificados. Hay que reivindicar nuestra recuperación de la historia propia, nuestro diagnóstico de las condiciones que pesan sobre nuestra región, nuestros canales de confianza, nuestra creatividad social: nuestra autogestión integral.

Desde nuestro rincón

Foto: Haizel de la Cruz

Con insistencia, quienes criticamos este seudosistema empeñado en socializar los costos y privatizar las ganancias sin miramiento alguno para las comunidades o la Naturaleza, nos percatamos de que la telaraña de despojo y devastación es más intrincada y paradójica de lo que suponemos.

La circularidad de la devastación y el despojo

Defendamos nuestra relación con la tierra

Tal vez se puso de moda el término territorio, y quizá hasta se abusa de éste queriendo sobre todo nombrar y reivindicar nuestro ámbito propio, nuestro espacio de dignidad, de sentido común, de apertura hacia el futuro. No obstante, aunque se abuse del término, su uso enfatiza la urgencia de tales reivindicaciones. En el fondo, lo que se reivindica cuando se invocan los territorios, nuestro territorio, es la relación ancestral que la gente, las comunidades, mantienen con la tierra, con la naturaleza. Una relación que no es objetual. No es la cosa tierra, y mucho menos el objeto naturaleza lo que está en juego.

Defendamos nuestra relación con la tierra

Manifestación en la Sierra Norte de Veracruz

La teoría y la costumbre dicen sueltamente que se califica como genocidio sólo cuando un grupo pretende expresamente la destrucción de otro. Eso puede sonar restrictivo y hasta difícil de verificar por el supuesto carácter subjetivo de “querer destruir a otro”.

El genocidio nunca es de baja intensidad

- Foto tomada del sitio Cronicón.

"Como sabemos que los Estados y las corporaciones no sólo no harán caso sino que se burlan, enseñoreados de su desvío de poder, tenemos que recurrir a instancias como el Tribunal Permanente de los Pueblos, buscando acuerpar responsabilidad y cuidado, —y hacerlo visible, actuante, propositivo y reivindicante de la vida de lo humano y la naturaleza, de la que somos parte".

El genocidio empieza por matar los derechos de la humanidad

- Foto: Rodolfo González Figueroa. Papayar en El Limón, Jalisco.

“En nuestra región, el valle de El Limón-El Grullo-Autlán, se demostró la presencia de agrotóxicos en sangre y orina del 100% de niñas y niños muestreados, siendo quienes son más vulnerables por estar en su etapa de formación y crecimiento. Esto nos alerta y obliga a tomar decisiones para impulsar y mejorar la salud de nuestros habitantes y del medio ambiente. Frente a esto, el municipio de El Limón, Jalisco, propone una ruta de producción, transformación e intercambio sustentable de alimentos, que rompa con el ecocidio y con negativa de los vínculos entre sociedad y naturaleza”.

Un municipio agroecológico ante la disparidad de las políticas

Foto: Haizel de la Cruz

"Sea que los poderes violentos e invasores arranquen olivares en Palestina o ceibas centenarias en la selva de Yucatán con el fin expreso de impedir que la gente resuelva lo que más le importa en su creatividad colectiva y personal, reivindicarse a sí mismas como comunidades que quieren seguir teniendo su relación profunda con la tierra y su territorio y su futuro propio, reivindica su postura moral: mantener la esperanza entre los dientes, dispuestas a cuidar desde lo más cotidiano hasta el futuro que avizoran para sí mismas".

Siempre siempre la esperanza entre los dientes

Foto: Oswaldo Ruiz

En un momento como éste donde los gobiernos del mundo le apuestan a las mismas soluciones que en realidad fueron causantes directos de toda esta devastación generalizada que es la pandemia, hacen falta documentos que nos entretejan argumentos, experiencias, testimonios, teorizaciones pero también información, datos, visiones de futuro y una apertura hacia nuevas formas de pensamiento que nos permitan remontar y deshacernos del capitalismo, salirnos de la caja hacia modos no industriales de pensamiento y sobre todo de acción. De reciente aparición, el libro "La vida campesina frente al gigante agroindustrial", es una colección de textos compilados por Evangelina Robles y José Godoy del Colectivo por la Autonomía/ Saberes Locales AC, en Jalisco, que intenta tender las conexiones necesarias para emprender nuevos derroteros.

Desde los fuegos del tiempo: el círculo vicioso del gigante agroindustrial