Monsanto amenaza la subsistencia de los campesinos y a la humanidad

Idioma Español

La Via Campesina llama al movimiento campesino internacional, a sus aliados y amigos, trabajadores y ciudadanos en general, a que este 16 de Octubre expresemos nuestro descontento y rechazo contra MONSANTO y LOSTRANSGENICOS. Es el Día Mundial de la Alimentación y el primer Día de Acción contra las Corporaciones Transnacionales.

Las corporaciones transnacionales son nuestros enemigos comunes, constituyen la forma actual del capital que ejerce el control sobre nuestras economías. En las zonas rurales estamos viendo una feroz ofensiva del capital y las transnacionales sobre la agricultura y los bienes naturales, es una guerra privatizadora de despojo contra campesinos e indígenas, un robo privatizador de la tierra, la biodiversidad, el agua, las semillas, la producción, el comercio agrícola.

No se trata solamente de las transnacionales de los agronegocios, también estamos hablando de las dedicadas a las extracciones mineras, al monocultivo de árboles, las grandes represas, las que controlan los mercados de distribución, y en general, todas aquellas que involucran la expansión de industrias contaminantes que están disputando y apropiándose de la tierra, el agua y el territorio.

En el momento en que los pueblos ejercemos nuestros derechos y resistimos este despojo generalizado, o cuando somos obligados a ingresar en los flujos migratorios, la respuesta ha sido criminalización, represión, presos políticos, asesinatos, muros de la vergüenza y mas bases militares.

Es por esto que La Via Campesina llama a luchar contra las corporaciones transnacionales en general y en particular contra Cargill, Monsanto, Nestle Syngenta, Walmart, que amenazan directamente a nuestras comunidades campesinas e indígenas, es la ruta de lucha para los próximos años, hemos declarado la guerra a las corporaciones transnacionales.

Por eso con toda la creatividad de lucha de que somos capaces, hagamos oír nuestro grito en el mundo.

¡FUERA MONSANTO, NO A LOSTRANSGENICOS!

¡SOBERANIA ALIMENTARIA YA!

GLOBALICEMOS LA LUCHA, GLOBALICEMOS LA ESPERANZA

Para apoyar estos reclamos, escriba hoy mismo a la ministra de agricultura española.

La carta es una versión ligeramente reducida del artículo de Gustavo Duch (ex director de Veterinarios sin Fronteras) que apareció publicada el 17-4-2009 en el Correo Vasco.

Para firmar la carta, ingrese aquí y complete con sus datos el formulario que se encuentra al pie.

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CARTA

Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino
Dª Elena Espinosa Mangana
Pº. Infanta Isabel, 1 - 28071 Madrid.
Teléfonos: 91 347 5368 y 91 347 5724
Fax: 913475412
se.apam@camrofni
se.amm@ammnoicamrofni

Estimada Ministra Espinosa:

Me dirijo a usted para expresarle las siguientes preocupaciones que le ruego lea con atención.

Quien controle las semillas controlará la alimentación del planeta, por lo tanto controlará el mundo. Esta frase es la esencia del negocio de Monsanto, el gigante de los transgénicos.

Muchas son las mentiras a propósito de las supuestas bondades de los transgénicos que defiende Monsanto. Demasiadas para una empresa que goza de muchos privilegios en las administraciones públicas. Este es el mito que «les hace fuertes»: la tecnología transgénica contribuirá a mejorar la agricultura y el medio ambiente para ayudar a los agricultores de los países en vías de desarrollo y combatir el hambre. Un argumento falso donde se utiliza sin rubor la pobreza como arma publicitaria.

De hecho, una cosa es lo que dicen y otra es lo que hacen: la mayor parte de los cultivos transgénicos comercializados hasta la fecha se destinan a piensos, no a consumo humano. Es decir, por un lado es peliagudo combatir el hambre produciendo pienso para animales y por otro, la expansión de soja transgénica (el futuro pienso) en forma de enormes monocultivos por muchos países empobrecidos no sólo no ayuda a sus agricultores, sino que ha sido la principal causa de expulsión de campesinas y campesinos en los últimos años. Si esas cosechas se siembran y cultivan con avionetas, ¿dónde queda el trabajo campesino? Si la exportación de esos cultivos sólo se la pueden permitir grandes corporaciones, ¿dónde queda el beneficio para las y los pequeños agricultores? Si esos cultivos han acaparado miles y miles de hectáreas ¿en qué rincones pueden las familias cultivar alimentos? Y los parcos esfuerzos en mejorar cultivos destinados a la alimentación humana no han funcionado. El boniato transgénico de Monsanto en Kenia resultó ser mucho menos productivo que la variedad de boniato no transgénico.

Tenemos las evidencias más desgarradoras en India con el algodón (tampoco se come) transgénico de Monsanto. Antes de los transgénicos los agricultores indios utilizaban sus abonos y pesticidas naturales y guardaban las semillas para las siguientes temporadas, pero a partir de la introducción de las semillas transgénicas de Monsanto, por diferentes distribuidoras indias bajo su control y fuertes campañas publicitarias, las cosas cambiaron. Son semillas patentadas y está prohibida su reproducción en los siguientes años. Semillas no renovables, que además requieren de insecticidas específicos (propiedad de Monsanto), por lo que la anterior independencia agrícola de cada campesino se ha convertido en una ’esclavitud’ de Monsanto. Y en deudas, muchas deudas, que el precio final del algodón (compitiendo con algodón subvencionado de EE UU), las plagas y las inclemencias del tiempo, no le permiten subsanar. Entonces, con el agua hasta el cuello, deciden suicidarse.

¿Cómo es posible que una empresa esté haciendo negocio con una actividad tan criminal? ¿Cómo es posible que ’invente’ semillas que una vez patentadas queda prohibida su conservación y reproducción, que sería lo ecológicamente razonable? ¿Cómo es posible? Monsanto es la impulsora del PCB (elemento cancerígeno utilizado en transformadores eléctricos) y de proveer en la Guerra de Vietnam del químico ’agente naranja’ utilizado por las tropas estadounidenses para fumigar el territorio enemigo. Detrás del espejismo de los transgénicos sólo existió la voluntad de Monsanto de vender su herbicida. El invento de semillas transgénicas es sólo el instrumento para mantener y aumentar las ventas del herbicida. Las administraciones pertinentes deberían atender estas demandas.

Sra. Ministra: España es en la actualidad la puerta de entrada de los transgénicos a Europa. No siga siendo cómplice de la expansión de este modelo. No será fácil para los políticos seguir sustentando las mentiras sobre los transgénicos durante mucho tiempo. Privilegiando la agricultura industrializada, usted es cómplice del fin de la agricultura campesina. No siga ignorando la oposición social y el contexto europeo que se opone firmemente a los transgénicos. Escuche el mensaje, detengan ya la expansión de los transgénicos en España.

FUERA MONSANTO, NO A LOS TRANSGENICOS!
SOBERANIA ALIMENTARIA YA!

Será muy grato recibir su respuesta. Muy atentamente,

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Para firmar la carta, ingrese aquí y complete con sus datos el formulario que se encuentra al pie.

Fuente: Salva la Selva

Temas: Agricultura campesina y prácticas tradicionales, Agronegocio, Corporaciones

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