El primero de mayo de 2008, las múltiples manifestaciones asiáticas que celebraban el Día de los Trabajadores tuvieron como eje central la denuncia del incremento exagerado de los precios de los alimentos. De Yakarta a Estambul, pasando por Tokio, Singapur y Bangkok, los trabajadores desfilaron por las calles, exigiendo sueldos más altos para enfrentar las penurias por los elevados costos de los alimentos.