Movilización indígena en defensa de la vida, la tierra y la dignidad
La Articulación Nacional Indígena por una Vida Digna (ANIVID) se movilizará el próximo 22 de setiembre de manera simultánea en distintas localidades del país. Con el lema «Nuestros derechos no se cierran. Nuestra dignidad no se traslada ni se archiva», los pueblos indígenas se preparan para salir a las calles a exigir que el Estado garantice el acceso efectivo a sus derechos más básicos, entre ellos la restitución de tierras, el fin de los desalojos y el respeto a su vida comunitaria.

La convocatoria surge en un contexto marcado por la profundización del modelo de agronegocios, que avanza sobre los territorios indígenas con monocultivos extensivos, ganadería intensiva y deforestación masiva. La expansión del agronegocio no solo significa pérdida de bosques y degradación ambiental, sino también despojo de comunidades que, al quedar sin tierras, ven vulnerada su forma de vida, su cultura y sus posibilidades de supervivencia digna. Muchas de las tierras ancestrales siguen sin ser tituladas ni protegidas, y en su lugar son arrendadas o apropiadas por sectores empresariales con la complicidad de las instituciones públicas.
A ello se suma la preocupante política del actual gobierno, que lejos de propiciar un diálogo genuino con los pueblos indígenas y otros sectores sociales, ha optado una política de atropellos contra los mismos, en el caso indígena esto se expresa en el cierre del local del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI) en Asunción, privando a cientos de comunidades de un espacio vital de gestión y acceso a servicios básicos. Esta medida se inscribe en una lógica autoritaria que se traduce en retrocesos en derechos conquistados por sectores populares, y que refuerza la percepción de que el Estado no solo incumple con su obligación de garantizar derechos, sino que además promueve activamente su debilitamiento.
El escenario de esta movilización cobra aún mayor relevancia por la presencia en Paraguay de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que entre el 22 y el 26 de setiembre celebrará audiencias y sesiones sobre la situación de los derechos humanos en el país. En esa instancia se analizará el cumplimiento de sentencias históricas relacionadas con pueblos indígenas como Yakye Axa, Sawhoyamaxa y Xákmok Kásek, al tiempo que organizaciones sociales también tendrán la posibilidad de exponer la grave situación que atraviesan campesinos e indígenas ante el incumplimiento sistemático del Estado paraguayo.
Con esta acción, los pueblos indígenas no solo reafirman su histórica lucha por la tierra y la dignidad, sino que también buscan aprovechar un momento clave de visibilidad internacional para denunciar cómo el modelo de agronegocios continúa arrasando sus territorios y cómo el gobierno, con sus políticas de retroceso y falta de diálogo, agrava aún más una crisis que afecta directamente a la vida y la dignidad de las comunidades. La movilización del 22 de setiembre será, así, una voz colectiva que interpela tanto al Estado paraguayo como a la comunidad internacional, recordando que los derechos indígenas no son una concesión, sino obligaciones que deben cumplirse de manera inmediata y efectiva.