Argentina

Pensando la cosa | Democracia alimentaria: con Soledad Barruti y Marcos Filardi

Del paradigma de la “soberanía alimentaria” que da cuenta de las experiencias campesinas y de economías populares a una radicalización democrática que incorpore a los protagonistas en las decisiones sobre qué y cómo producir en materia alimentaria.

Pensando la cosa | Democracia alimentaria: con Soledad Barruti y Marcos Filardi

Certificaciones agroecológicas: sin veneno y con justicia social

“La agroecología nace del amor o del dolor”, dice Joselo Trujillo, productor de la localidad de El Pato, Berazategui, cuya quinta fue la segunda del país en recibir la certificación agroecológica. En el caso de su quinta fue el amor de su madre, Trifona Flores: “Hagamos eso, da resultado, vamos a estar mucho mejor”, dijo la señora y su familia se llenó de amor. La quinta vecina de Berno Castillo, la primera del país en obtener la certificación, se pasó a la agroecología por dolor: en 2015 Berno estuvo internado por intoxicación por agroquímicos. Desde ese entonces su producción de flores y hortalizas reemplazó los venenos por bioinsumos y tecnologías de procesos. 

Certificaciones agroecológicas: sin veneno y con justicia social

Educación campesina y popular: reflexión y acción para construir nuevas realidades

#QuéAgroecologíaNecesitamos | Compartimos la experiencia de la Escuela Campesina de Agroecología (UST-MNCI Somos Tierra). Memoria histórica, cosmovisión, cultura y relaciones humanas como ejes de un proyecto educativo que apunta a recuperar -y circular- saberes para transformar la realidad de las comunidades. Entrevista a Marta Greco, coordinadora de la Escuela.

Educación campesina y popular: reflexión y acción para construir nuevas realidades

- Foto de internet

Intoxica los campos, la comida, elementos de higiene y hasta las lluvias. El pesticida estrella de Bayer-Monsanto se riega en toda la Argentina (300 millones de litros anuales), con flamantes beneficios para fabricarlo, mientras cada vez más evidencias demuestran que no solo enferma y mata, sino que no cumple lo que ofrece: aparecen nuevas malezas que requieren más veneno. 

Chau glifosato. El pesticida insignia del modelo

Nancy López, cacica de la comunidad wichí El Mistol – Foto La Poderosa

Semanas previas a que el covid-19 destapara la violencia del hacinamiento urbano, niñas y niños Wichí morían de hambre y sed,  11 entre enero y marzo de 2020. Imágenes de aridez y de familias que recolectan agua en bidones de agrotóxicos proliferaron en los medios. Ya con el aislamiento instalado, las imágenes de la brutalidad policial en distintas comunidades Qom y Wichí del Chaco, hicieron evidente la otra pandemia, la del racismo que también asola nuestros territorios. El estigma de la pobreza se amplifica con la piel negra, indígena y mestiza por la matriz colonial que acompañó el nacimiento de este país.

El coronavirus y las comunidades originarias

Benito Juárez: discutir el modelo y legislar

Hoy que la pandemia nos hizo familiar hablar de curvas y picos, hacer el mismo ejercicio con el modelo agrícola es esclarecedor de su inviabilidad: en estos más de 20 años el aumento de la superficie sembrada y de los rindes por hectárea, no se corresponden con el aumento de la cantidad de kilos/litros de agrotóxicos aplicados y liberados al ambiente. Mientras las dos primeras crecen aritméticamente, la última crece exponencialmente. En 1996 se usaban 3 litros de glifosato (al 48%) por hectárea, y hoy se están usando casi 14 (encima del 60% de promedio) dice Eduardo Cerdá de RENAMA, y con mezclas de químicos sobre las que no sabemos su dinámica en el ambiente y menos su impacto biológico.

Benito Juárez: discutir el modelo y legislar

- Fotos de Martín Katz, Greenpeace.

Mientras la mayoría de las actividades se supendieron por el Covid-19 –virus detonado por los estragos a la naturaleza-, en Argentina los motores de las topadoras siguieron encendidos. En cuarentena, el agronegocio destruyó 200 hectáreas por día de monte nativo. Casi la mitad de esas 15 mil hectáreas eran áreas protegidas, como los humedales del Paraná. Los empresarios argumentan que lo hacen para producir alimentos. Pero destruyen la biodiversidad, ingrediente esencial para combatir el hambre.

Los desmontes sin cuarentena

El socio menos pensado: Bill Gates desembarca en el sistema agroalimentario argentino

Carne sintética ultraprocesada, material celular con sabor a pollo o pescado, huevos artificiales, semillas de maíz, soja, girasol y también todas las frutas, hortalizas y verduras sometidas a la edición genética mediante la técnica CRISPR, campos despoblados controlados por drones teledirigidos y programables para sembrar, medir variables y seguir fumigando con nuevos combinados de agrotóxicos y fertilizantes sintéticos con la incorporación de software de precisión para mapear y recolectar toda la información de los recursos biológicos y genéticos, automatización de procesos físicos decosecha y todas las etapas de la agricultura intensiva, en las que las máquinas deciden por si solas, supervacas, supercerdos y superpolllitos bebé resultantes de la biotecnología aplicada solo para incrementar la producción sin ningún reparo en los riesgos a la salud humana y la anulación por completo de los saberes de miles de años de agricultores y agricultoras, es parte de lo que es el plan del cual se habló el 30 de Junio de 2020, en la presentación de la agricultura del futuro inmediato en la Argentina.

El socio menos pensado: Bill Gates desembarca en el sistema agroalimentario argentino