Hacerle honor a las personas que entregan su vida al cultivo de la tierra, a mujeres, hombres, niños y niñas, labriegos sencillos recita el himno nacional, es reconocer nuestra falta de agricultura, el casi exterminio del pequeño productor bajo la dictadura de la agroindustria que acapara nuestras tierras y beneficia a unos cuantos y ni siquiera sus frutos son para el consumo nacional, atentando contra nuestra seguridad alimentaria.