La firma, en octubre, por el presidente brasilero Luís Inácio Lula da Silva de una nueva medida provisoria promoviendo el avance de la agricultura transgénica del país se debe, en gran parte, a las presiones de los productores del sur del país, principal polo productor de soja genéticamente modificada, a partir de semillas traídas de Argentina. Sin embargo, el principal foco de resistencia a este nuevo modelo agrícola, de impactos ambientales y sociales todavía poco conocidos, está viniendo de la propia región sur, pues el estado de Paraná pretende convertirse en la primera área vetada a los transgénicos en el país